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miércoles, 5 de abril de 2017

Autonomía

1 de septiembre de 2016

Autonomía 

No necesito media naranja.

No tengo ganas de coger si no se me trata bien.

Si no hay ilusión, respeto, anhelo, conquista.

Si soy lo último en la lista de cosas por hacer.

Si ni siquiera se me dirige la palabra ni se me pregunta cómo estoy.

Las ganas de coger no se pueden dirigir a ningún lugar cuando hay tanto desprecio.

La pregunta es:

¿Si fuera diferente si querría?

Demasiada mamada en mi contra.

¿A estas alturas y en estas circunstancias a alguna le quedan ganas todavía?

Ya vi todo y no queda nada de la figura masculina adulta sexual que rescatar.

Demasiada agresión, demasiada violencia, demasiado engaño, demasiada ira, demasiada pendejez.

Ya no estoy en edad de que me importe, harta de tanta necedad. 


Ya paso de los hombres. Solo quiero tranquilidad. Mi piel esta endurecida con tanta agresión, humillación, engaño, despecho, ser ignorada.

Entiendo de cierta manera a las mujeres que a estas alturas no quieren saber más del sexo masculino. 

Los hombres no entienden ni nunca entenderán la necesidad femenina de sentirse cercanas al ser amado. O tal vez si, lo entiendan muy al principio y por pocos años. Pero nunca se van a poder entregar. Es mejor que ni nos hagamos ilusiones.

No entienden la necesidad de hablar.

No entienden el imprescindible requisito femenino de sentirse conquistadas.

Creo que solo las mujeres entienden eso, por eso nunca vamos a ser completamente felices solo con un hombre.

Entiéndalo, estamos profundamente decepcionadas.


Me vengo de manera autónoma.

Tengo todo lo que necesito dentro de mi, mis sueños, mi erotismo, auténtico, lábil, fogoso, cuando se me da la gana. 

Me desfogo sin necesidad de humillarme y aguantar.

No necesito a nadie para causarme orgasmos infinitos.

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