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lunes, 21 de septiembre de 2009

otra vez


Como si fuera parte de un sueño, estoy en tus brazos. Casi desnudos, yo recién bañada, tu sazonado en tu aroma. Percibo tu olor, ese olor peculiar, particular, que solo tu tienes. Fuerte, varonil, a madera. Me encanta el aroma de tu cuerpo, porque lo relaciono con sexo. Te relaciono con sexo, hemos hecho pocas cosas en la vida juntos además de eso. Esa fragancia que encuentro sobre tu pecho, en tus testículos, en las axilas.
Y como parte de un sueño nos reencontramos. Nuestros cuerpos nadan, nuestras manos nos recorren, nos sumergimos en ese mar de lujuria, en esa ansia por sentirnos. Nos besamos, mientras siento como tomas mi tanga y la haces a un lado
-¿...ya tan pronto me la vas a meter?...
-...si
-bueno, entonces deja que me desnude por completo, quiero sentirte con todo mi cuerpo.

Estoy sobre ti, y tu adentro de mi, convertida en almeja. Me imagino como un montoncito de mujer, abierta, reconociéndote desde adentro.
Y tu me besas la boca, profundamente, sujetas mi cuello, lo acercas hacia ti, siento como entras, por arriba, por abajo a la vez, y eso me excita, hace mi vagina engordar y licuarse. Siento que puedo venirme, con tu lengua en mi garganta y tu pene en mi cervix. Tomas mis pechos en tus manos, los juntas, los observas. Los recorres de la base a la punta. Me la metes lentamente, como reconociendo el terreno, sin prisa, recordándome, tratando de convertirte en mi. Tu tienes ganas de cogerme con tranquilidad, suavemente, pero yo estoy impaciente. Yo quiero venirme, necesito moverme, cabalgar, agitarme, explotar.

-Guapo, ¿te importa si me vengo?
- ¡No!...

Y agito las caderas, de adelante hacia atrás, siento tu pene adentro, quemándome. Pasan los minutos, estoy cerca. Mi cara se pone roja, mis músculos se tensan. El corazón me da vueltas y un relámpago que entra por la espalda me fulmina. Y me desplomo sobre ti, jadeando, mientras me dices que te encanta que me venga. No te lo digo, pero tu comentario me sorprende. Entiendo entonces que es algo que reconoces en mi.

-Vamos a poner la cámara. Ponla aqui, ¿ya la encendiste?
-¡No te he comido!
-¡Ya te veniste y no me has comido, que esperas!
-¡Pues es que no he entrado por esa puerta y ya me la estás metiendo!, jugamos entre risas.

Estamos en una clase de sexo oral. Tengo preguntas para ti. Lo he hecho mil veces, y todavía tengo dudas.
-¿Te gusta más si entra y sale, o  si solo te toco con la lengua? Te pregunto mientras me meto tu verga en la boca, cierro los labios y muevo la lengua adentro acariciándote
-Uff se siente delicioso
-pero no podrías venirte si solo hago eso, ¿verdad?
-¡...Quien sabe!
-Que sientes cuando succiono?
-A ver.......mmmmm..... riquísimo
-Que es mejor, si te acaricio con la mano, o con la mano y la boca
-Con TODO...  mmm... A ver métetela lo mas que puedas para que vea cuanto te cabe...
-A ver hasta el paladar
-Mmm... que rico, es la mitad lo que te cabe, verdad?
-Si.
-Me gustaría venirme en tu boca pero que se vea cuando está saliendo...
-A ver, no entiendo, ¿por qué en los videos pornográficos cuando los hombres están cogiendo se la sacan y se vienen afuera? A mi me pasa que si estoy a punto de venirme y se sale es HORRIBLE, y me imagino que eso es parecido. ¿No se les corta la sensación?
-Supongo que hay un poco de eso, pero si estás moviendo la mano, sigue la sensación. Es super excitante ver como sale el semen.
-Ok Profesor, ¡pero no sale a chorro!
-Por eso a veces se ponen arriba, para que caiga desde arriba.
-¿Quieres venirte así?
-Si, pero todavía no, te la quiero meter otra vez, quiero que te vengas mas...
-...Estaba deseando que me dijeras que todavía me la ibas a meter otro rato. Porque se me está poniendo super gorda y me está latiendo...
-Que prefieres, que te la meta ahorita o que te coma?
-....que terrible dilema, ¿que prefieres tu?.... ya sé, ¡cómeme!

Me pones sobre ti, en un 69. Me introduzco tu pene en la boca, y lo sacas. Con la lengua acaricias mi vulva que queda en frente de tu cara. La sensación de suavidad y fluidez me convulsiona. Brinco cuando siento tu boca moviéndose. No estás afeitado, y los pelitos me pican. Pero no impiden que gima, que me vuelva loca, que me estremezca. De hecho creo que ayudan a impacientarme. Esa picazón necia aunada al placer más sublime. Agitas la lengua, me acaricias el cítoris. Me sorbes como si fuera un helado. Y yo no puedo mas, me vengo en tu cara. Me abrazas, sujetas mis nalgas. Las amasas, las detienes.

-A ver preciosa, ven para aca... Me pones en cuatro patas sobre la cama. Me abres mucho las piernas. Me observas desde atrás. No me tocas.
Yo brinco, agito las nalgas con impaciencia,
-Ay guapo, ¡ya! ¡métemela ya!
 También tu las abres mucho y entras en mi desde atrás. Primero lento, luego rápido
Te mueves, entras y sales,
Y yo me froto con los dedos el clítoris, presiono con la mano para sentir tu polla.
Y empieza nuevamente la escalada.

-Preciosa, como puedes ser tan deliciosaaa, como puedes ser tan ricaaaa...
Siento tus huevos chocando en mi vulva, mis nalgas rebotando ante tus embestidas, y mi vagina empieza a abrirse y cerrarse violentamente, me estoy viniendo sobre tu pene.
-Ahhhhh ¡¡que haces, que haces, que ricoooo!!
-....mhhh, Guapo, viniéndome...

Detienes la velocidad, gimes, de manera aguda.

-No sabes cuanto me gustas, cuanto me gustas...no tienes una idea...dices con una voz trasformada.
Te escucho mientras me contraigo, sin moverme.

-Cierra las piernas, y pon la cabeza sobre la almohada
Obediente, me coloco, y me dices: Ahi quédate, quiero verte.
Me imagino a mi misma como un pedestal, con mis partes privadas al aire, erguidas, expuestas, siendo observadas por ti desde atrás. Solo te escucho jadear.

Y vuelves a entrar, pero casi de inmediato te detienes. Yo siento la imperiosa necesidad de que me llenes, de que te frotes en mi

-¡Guapo muévete!

-Espera, espera, no te muevas, estoy a punto de venirme...Ah, ya no vamos a poder mas...

Yo te espero, pero después de unos segundos, la necesidad me apremia, así que me hago para atrás metiéndomela y sacándola yo sola.

-Me encanta que te la metas asi...tu sola

Te haces para atrás y te sales por completo.

-Te la meneas dos veces más y te vienes....jajajaja te digo.

Estás hincado sobre la cama, la verga morada a punto de reventar, de explotar literalmente, y yo rápidamente me acuesto sobre la espalda, me pongo una almohada abajo de la cadera y apunto mis genitales hacia ti.

-¿Que quieres?
-Que me la metas
-¿Otra vez?
-Si...
-¿Cuantas veces más te vas a venir?
- No se...
-eres una aprovechada
-Guapo, es que casi no te veo... mmm
Tu pene está frotando mi vulva. Se mete por segundos y se vuelve a salir. Se remoja en mis jugos. Tu lo sostienes firmemente, mientras agito la pelvis de arriba a abajo.

Te subes sobre mi, siento la punta de tu pene en la entrada. Me miras fijamente, son cinco segundos, en que me observas muerta de deseo.

Y me la metes, lentamente, hasta el fondo. Te mueves sobre mi, y yo cierro los ojos, tu me besas y yo jadeo entre tus labios. Ya no te puedo besar, mis puños se aprietan.

-Así guapo, así métemela, me gusta mucho, así...

-¿Así?... Empiezas a moverte a una velocidad vertiginosa,  yo aprieto los ojos,  y me vengo, nuevamente, otra vez, abrazándote, con los brazos, con las piernas, con la vagina.

Floto en esa tierra que está en otra dimensión, en la que nos encontramos con otro ser y nos convertimos en uno, esos segundos que pareciera fueran el motivo por el cual estamos en esta tierra.

Te sales de mi y te colocas a la altura de mi cara. Y yo te chupo, te como, te froto con las manos. Mi saliva hace ruidos, y tu estás transformado. Miro tu cara, tu mirada vacía está en otro mundo.

-Ya, me vengo.

Suelto mis labios un segundo, y tu semen brota, me baña la cara, la boca, la cama, sale volando, en chorros gruesos. Me lo meto en la boca, y gimes, te sacudes, jadeas.

-¿No que no salía volando?...
-Jajajajajaja ¡¡¡estoy batida!!!!

Te acercas a la cámara de video para apagarla
-¡Uff fueron 40 minutos!
-¡Se dicen rápido!

viernes, 4 de septiembre de 2009

agua

Disimuladamente me miras.Cuando según tú no me doy cuenta, me ves. Me devoras con la mirada mientras camino descaradamente al lado de la alberca casi desnuda. Mis nalgas rebotan mientras voy andando entre los camastros. Algunos de los demás competidores del triatlón reciente, escapados de la ciudad, refugiándose al lado de la playa y agotados por el esfuerzo, también me miran. En la mayoría son hombres, tienen números escritos en el cuerpo. Yo también te observo. Sé lo que piensas. Me coloco frente a tí mientras froto mi cuerpo con crema bloqueadora para el sol. Meto las manos adentro del sujetador para embarrarme bien. Siento la suavidad de mis senos y como las manos resbalan sobre ellos. Me embadurno las nalgas con crema, para no quemarme, una para arriba, la otra para abajo. Recorro mis piernas, mi cintura, lo que alcanzo de la espalda. Todo esto lo hago a propósito, despacito, viendo como tu pene crece abajo del traje de baño. No puedo evitar la tentación de darte la espalda, y lo más cerca posible de ti, agacharme hacia adelante, para recoger las sandalias. Mi vulva queda en frente de ti, casi se puede aspirar su aroma excitado.
Me meto en la alberca, tu me ves desde el camastro.
Me sambuyo, desaparezco bajo el agua. Reaparezco nuevamente, me salgo. Gotitas de agua se deslizan por mi cuerpo, me acarician, el sol las hace desaparecer rápidamente.
Me acuesto en el camastro contiguo.
-Es raro encontrar tantos hombres deportistas a la vez, y poder gozar este espectáculo de gimnasio... Te digo mientras una punzada de celos te recorre la espalda.
Sabes que los estoy viendo, sus piernas elásticas, sus vientres apretados, sus músculos marcandose bajo la piel. Y sabes lo que mi mente libidinosa esta imaginando.
-Ven, vamos a la alberca, me dices.
Mis brazos rodean tu cuello, se posan sobre tus hombros. Y tu me aprietas hacia ti. Mi cuerpo flota abajo del agua. Te abrazo también con las piernas, y nuestros sexos abajo de la ropa se encuentran, abajo del agua, donde nadie lo nota. Casi se puede sentir su calidez, rodeada por el agua tibia.
Nos miramos sin hablar. Pensamos lo que haremos en unas horas, cuando estemos a solas en la habitación.

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