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viernes, 27 de noviembre de 2009

instrumento musical

Todavía envueltos por la bruma, por el frío del ambiente, por los fantasmas del sueño, nos encontramos.
Hay veces que nacemos perezosamente, que nos sentimos lentamente, que vamos despertando poco a poco.
Pero esta vez no es así. Despertamos rápidamente, tu con las manos sobre mis pechos, y tu erección entre mis nalgas.
Me encanta despertar así, con la certeza de que en breve vas a ocasionar resonancias en mi cuerpo. Me fascina saber, sentir que tienes la intención, que tienes un plan en mente, y que apenas empieza.

A veces pienso que la habilidad que tienes para tocar la guitarra, está relacionada con la habilidad que posees para arrancarme orgasmos. Tus mejores caricias las haces con los dedos. Alargas mis pezones, los frotas suavemente.

Me colocas boca abajo y me desnudas de la cintura para abajo. La contundencia de tu decisión, la insistencia en mantenerme en esa posición, eriza mi piel.

Tus yemas deslizándose sobre mi piel desnuda, tus palmas acariciando mi espalda baja, tus dedos colándose entre mis nalgas comenzaron a hacerme respirar pesadamente. Mi vulva comenzaba a latir, a derretirse, a licuarse.

Me gusta que te tomes tu tiempo para sentirme, lentamente y a la vez con decisión. Cada caricia en un lugar preciso, saturando mis sentidos definitivamente.

Envuelta en la oscuridad, mi mente comienza a cerrarse, a convertirse en un tunel, a concentrarse en las sensaciones.

Trato de voltearme pero no lo permites. Me tienes sujeta, abandonada a tus designios. Dedos en mi entrepierna, dedos en mis nalgas, suspiro, me impaciento, me pregunto cuando tocarás mis partes mas húmedas. Casi casualmente, y cuando no lo puedo resistir mas, tus dedos rozan mis labios pequeños, y mi cuerpo respinga. El placer me sorprende, cuando comienzas a frotarme, como solo tu sabes hacer, en pequeños círculos infinitos justo en donde mas me gusta.

Tu rostro está enfrente del mio, cuando levanto la cabeza y cazas mis labios al aire. Tu boca atrapa la mia, tu lengua me lame, recorre mi boca, levemente, pero a la vez con decisión. Suspiros sobre tu boca, tu pene se frota sobre mi costado.

Quiero voltearme, posar mi pecho sobre el tuyo, desnudarte, arrancarte la ropa, pero no lo permites. Suavemente me vuelves a colocar boca abajo, abres mis piernas un poco, y me sigues acariciando circularmente.

Es maravilloso sentirse en camino, saber que pronto explotaré, que sabes cómo hacerlo. Por el momento te concentras en el clítoris. Inesperadamente tus dedos se cuelan entre mis nalgas. Un dedo se desliza entre mis labios, patina y me estremece. La humedad resbala, me hace sentir frio sobre el coño. Un hilo que escurre, es tomado habilmente por tus dedos, y mientras me frotas con una mano por adelante, repartes humedad sobre mi culo suavemente.

Me inquieto, me vuelvo loca, trato de abrirme para que tus dedos entren en mi, en algún lado, en donde sea...
No puedo mas, necesito que me llenes, que algo penetre, y es entonces en que comienzo a sentir como los oídos zumban, mi vulva se abre, se aprieta, se convierte en olas que recorren mi espina, en una onda eléctrica enormemente placentera.

Pero no me sueltas, continúas acariciandome en medio de los espasmos, y tres de tus dedos se introducen suavemente en mi vagina, mientas el pulgar tantea mi culo. Finalmente lo hundes en mi también

La sensación maravillosa de sentirme llena por completo, me enloquece, me hace sentir que sigo en camino, que pronto, si continuas haciéndolo, volveré a explotar.

Ya casi llego a ese punto en el que la mujer pierde el nombre, y se convierte en hembra, y el placer llega a un momento álgido. Un solo pensamiento ronda mi mente, tus manos adentro de mi cuerpo, tu boca sobre la mía y la imagen de que soy solo un instrumento musical, del cual estás obteniendo una especie de melodía.

Tu mano se mueve, entra y sale de mi, pero nunca separas la otra del clítoris. Estoy pensando en lo bien que lo haces, en como se te ocurre hacer esas delicias cuando me siento venir nuevamente, mas intensamente, mas profundamente, mientras un gemido me ahoga.

Siento la vulva palpitando, la vagina contrayéndose, sujetando tus dedos, soltándolos rítmicamente.
Y es entonces que decides que ahora es tu turno, en que el cuerpo de tu mujer te pertenece, es tuyo y lo tomarás definitivamente. Me colocas en cuatro patas sobre la cama, y atrás de mi me observas. Tu polla se posa entre mis nalgas, rebota sobre mis genitales, tantea, se retuerce, chapotea sobre mi humedad.
Y suavemente me penetras, me abres, me tomas, me haces tuya, nuevamente, como toda la vida. Siento tus huevos chocando sobre mi cuerpo, tus manos apretando mis caderas, tu entrar y salir. Te mueres de gusto, te encanta, te dejas ir sobre mi cuerpo. Acaricias mi espalda y sujetas mis nalgas. Y comienzas a gemir, a suspirar, a vertirte en mi, a soltar tu fuerza en mis entrañas.

El sudor sobre nuestros cuerpos se enfría rápidamente. Estamos húmedos, empapados, goteando por todos lados. Nos tapas con la cobija, mientras me abrazas. La calidez de tu cuerpo me conforta, me relaja, me hace hundirme en el sueño, mientras siento tu respiración sobre mi cuello, y tus besos sobre mi espalda

viernes, 20 de noviembre de 2009

de muchas maneras

De muchas maneras es
y siempre me sorprende.

Yo se que el sueño
                      no es como la vida,
que imaginarte cerca
no es como tocarte.
pero
si el placer de extrañarte
es solo pasajero
¿somos más que la memoria
de los besos
que no dimos?

De un mar lejano y frio
donde la vida se confunde con el hielo
surge
     voluptuoso y tenso
                         el recuerdo
y soy morado
            hambriento
                     desbocado.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

a los lectores de mi blog

Hola querido lector.
Si, tu que vienes aqui, a veces por casualidad, a veces asiduamente. Tu que lees mis intimidades, mis deseos, mis sensaciones. Quiero pedirte un favor.
Necesito si es que lo has sufrido, que describas tus sentimientos cuando alguien que quieres muere.
Me gustaría saber que pensamientos cruzan por tu mente, que sientes, como afecta tu vida, tu trabajo, tus relaciones con lo demás. También quisiera saber por cuanto tiempo el dolor es muy grande, y si fuera posible, en cuanto tiempo volviste a ser tu mismo o tu misma.
Puedes escribirlo en los comentarios abajo, o enviarlo a mi correo electrónico.
Muchas Gracias por tu ayuda
Z

miércoles, 11 de noviembre de 2009

lo mas posible

¿Hoy te piensas masturbar lo mas que puedas viendo nuestros videos?

Me gusta pensar cómo es que eso sucederá, imagino el deseo creciendo dentro de ti, observándote a ti mismo en la imagen tocándome, sintiendo como te crece el pene, se para, se desarruga, se va llenando de sangre, se extiende, se levanta. Ese calor en la entrepierna que te impacienta cada vez más. Como la morada cabeza se hincha, brilla, se asemeja por instantes a una ciruela madura, jugosa, deliciosa.

Te imagino acariciándote, lamiendo tu mano, sintiendo como su fuera mi lengua, poniéndola sobre el tronco, sujetando con la otra tus huevos, masajeándolos suavemente. Ya estarás acostado en la cama, con la computadora al lado, viéndome en la pantalla decir, Ay guapo ya metémela por favor... y tu de pie atrás de mi, observándome, inundándose en tu mente las ansias de penetrarme. Esos breves segundos en que me miras, me escuchas rogándote : Múevete..., métela y sácala fuerte, si, si...

Imagino como tu verga palpita cuando un gemido brota de mi garganta al sentirme completamente llena de ti, hasta el fondo, ahogándome de placer, sintiendo como mis vísceras se van contigo, se funden, se acaloran.

Casi puedo sentir en mi los golpes de sangre que el borde de la cabeza provocan en la entrada de mi vagina al abrirse paso ese reborde suave, que me acaricia, que se mete insistentemente, como buscando alivio en mi vientre.

¿Cómo será lo mas posible?

¿Te masturbarás lentamente, deteniéndote, sintiendo como el orgasmo se aproxima, respirando, bajando el ritmo de tus acometidas, llegando justo antes del punto sin retorno, a esas pequeñas contracciones del pene antes de eyacular?

¿Lo harás muchas veces, como lo haces conmigo, antes de vertirte en mi, mientras yo me vengo descontroladamente una y otra vez?

¿O por el contrario, te tocarás rápidamente, dejando el deseo posesionarte de ti, velozmente, sintiéndote explotar en pocos minutos, como nunca te lo permito?

¿Cómo será, mi guapo? ¿Ya lo habrás hecho?

Me quejo de que solo me buscas para cogerme, y en días como hoy, me gusta pensar, bueno, no importa, aunque sea solo para eso...

domingo, 8 de noviembre de 2009

el jardín

Hoy lo he vuelto a recordar.
Y aunque no tiene relación con todo lo demás, siento la necesidad de plasmar ese instante.
El canto de los pájaros me lo recuerda, uno nunca creería que en medio de esta urbe de cemento existiera un refugio, un paraiso como aquel.
Esos recuerdos son como sensaciones unidas, a colores, olores y sonidos.
El cielo arriba, escondiéndose entre las ramas de los árboles, el pasto húmedo, mojándome la espalda. Podía estar horas así, escuchando a los pájaros, sintiendo el olor de la tierra, percibiendo mis sensaciones, tratando de escapar, de refugiarme, de convertirme en un ser del bosque, parte de ese paisaje.
Es como si quisiera fundirme con ese lugar, el único seguro en el mundo. Mi pequeño cuerpo, mi vestido sucio, con marcas verdes sobre las rodillas, los dos bolsillos al frente, flores bordadas encima. Flores rotas en mis bolsillos, las manos sucias de rascar la tierra, de hacer pasteles de lodo, de deslizarme por la barranca.
Nadie lo podría entender, ni siquiera yo misma. Ese mismo día, tenía que haberme desconectado de la realidad pocas horas antes.
Y tirada en la hierba, escuchando las aves, el ruido del agua corriendo en el río, el lodo en mis manos, mi vestido sucio, los rizos explotados en mi cabeza, intentando entender las sensaciones en mi alma infantil. Intentando olvidar.

Pero todo se quedó conectado, y cada vez que escucho los pájaros, que veo los columpios, que siento la hierba mojada, regreso al jardín, el lugar donde intentaba desconectarme.

lunes, 2 de noviembre de 2009

imágenes mentales



Es como si te hubiera visto dos días seguidos. Me la metiste en dos hoteles diferentes el mismo día.


-¡Cómo huele esta habitación a cigarro!
-Olía más en el elevador...
-Acabamos de vestirnos, y ya comienzas otra vez a desvestirme...
-Si, me encanta...

En dos segundos estás completamente desnudo. Miro como te libras de toda tu ropa rápidamente. Me invitas a acostarme junto a ti, y me desnudas nuevamente.

De lado nos besamos, nos tocamos, y tú acercas mi mano hacia tu pene. Por un segundo noto su suavidad, efímera, instantánea, y como rápidamente la pierde, crece, se yergue, la piel se estira, y las gruesas venas lo hacen ver aún más tenso, como si alguien soplara y se inflara.

Y ese pensamiento me da ideas...

Estás boca arriba y yo me coloco entre tus piernas. Ya el mástil apunta al cielo. Muy levemente, con la punta de la lengua toco tus testículos. La piel se contrae, se pega a los huevos. Se arruga, se estremece. Me doy vuelo lamiendo, chupando, succionándolos. Soltándolos con la boca, haciendo ruidos. Aún no toco tu verga. Tú me miras mientras gimes y te impacientas. Desde la base lamo tu polla, lento, suave, mirándote a los ojos. Llego a la punta, y chillas. Ese sonido me inspira, me da fuerza. Me hace sentir poderosa, dueña de tu placer. Con la lengua remojo toda la cabeza, le doy lengüetazos suaves, limpiándola, acariciándola, sorbiendo el jugo que sale por la grieta. Ya que está toda mojada, soplo, suavemente. Tu cuerpo se tensa, se revuelve, tu cabeza cae hacia atrás. Y me encanta mirarte, porque eso es solo el inicio...

Con una mano, aprieto tus huevos. La otra la mojo de saliva, y te acaricio el tronco, de arriba a abajo. Y con la boca succiono, lamo, acaricio la cabeza.

-Ay preciosa, eres una delicia, que bárbara... Espera, ahora quiero comerte yo, o no llegaremos muy lejos...Ven, acuéstate aquí, quiero verte.

Recuerdo cuando me daba vergüenza que me vieras así, que me abrieras las piernas, que mi vulva quedara completamente expuesta ante ti.

Y con los dedos, me acaricias, los hundes en mí, te remojas, te los chupas, y me frotas de mil maneras. Y yo siento como la vagina se abre, engorda, está a punto de explotar, se infla, se derrite de placer.

Y te miro, atareado, haciéndome gozar, mientras acaricio lo que alcanzo de ti. Te colocas a mi lado, y hundes la cara entre mis piernas. Me hueles, me aspiras, sorbes mis labios pequeños. Con la lengua recorres la abertura, y la mueves rápidamente sobre el clítoris. Yo cierro los ojos, y me concentro en mis sensaciones. Me voy, me dejo ir, y floto. Siento dos dedos dentro de mí, tu lengua moviéndose rápidamente, comiéndome como un manjar. Pero la parte que más me gusta es cuando apoyas toda la boca sobre mi vulva. De la misma manera como me besas la boca, me besas la vulva. Te siento como una especie de ser marítimo, pegajoso, suave, húmedo. Tu lengua entra a ratos, y cuando no, se concentra en mi clítoris.

Y yo siento que me vengo, exploto, la vagina se abre, se cierra, se aprieta en frente de tu cara. Los pezones se endurecen, y mi pecho gime sonoramente. Y poco a poco, tus caricias se hacen más suaves, y mis músculos se aflojan, se sueltan en un placer tranquilo, relajado. Me volteas a ver, y sonreímos, nos besamos ahora en la boca, y yo siento mi olor, mi sabor en tí.

Me abrazas, pero tu verga sigue tiesa, insistente, golpeando mi vientre.

-Ven guapo, tengo un pendiente contigo...

Tomo tu pene entre mis manos, me las ensalivo, y las aprieto alrededor, las subo, las bajo, alternadamente, aprieto la cabeza, me la remojo en la boca.

-¿Conoces a Erika Lust?
-No, ¿Quién es?
-Es una mujer que dirige películas porno, con gusto para mujeres
-mmm
-Acabo de ver un corto, ¿te lo cuento?
-Aja...

(Tu verga esta como piedra, y jadeas maravillosamente)

-Pues todo empieza en un bar, está una pareja en la cual la mujer está escuchando a un tipo aburrido. Y ella se da cuenta de que entra una pareja elegante, el de traje, ella cubierta con un abrigo de pieles...
-Si... (Tratas de escucharme, mientras mis manos suben y bajan sobre tu pene, y yo me las relamo, y por segundos me meto la cabeza en la boca).
-Entonces el hombre le quita el abrigo a la mujer, y la aburrida se da cuenta de que sobre el elegante vestido largo, tiene las manos sujetas por atrás con unas esposas. La pareja se sienta mientras la otra mujer no deja de mirarlos...
-Y qué mas... (Por segundos cierras los ojos, y suspiras, sintiendo mis manos haciendo su trabajo sobre tu polla)
-El le dice cosas al oído, le da de beber en la boca, le da a fumar, la besa. La mujer aburrida, se muere de morbo. Se pone de pie para verlos mejor, y de paso se mete al baño. Ellos se acercan al baño de junto. La mujer elegante ya tiene el vestido abierto por atrás, y tiene las nalgas al aire y un maravilloso tatuaje. La aburrida se está dando la agasajada de la vida, mirándolos, sin que ellos se den cuenta.


-...y que mas (creo que las imágenes en tu mente, están surtiendo efecto, además de mis manos que no te sueltan)

Me meto a la boca tu polla, y por segundos la suelto...

-Pues que ella se arrodilla en frente de él, y él se saca el pene, y ella empieza a comérselo...
-..... Ah, así como tu...
-Mas o menos... mientras la aburrida los mira...
..Después el hombre le da la vuelta, y su culo magnífico aparece en escena, y el hombre la penetra por atrás, se muere de gusto. La música es maravillosa, la escena también...
- Uffff.....

Te miro y veo la escena en tu mente, en tus ojos muriéndose de placer, en tu polla a punto de explotar, en los movimientos de todo tu cuerpo.

-¿Y sabes qué pasa luego?... ¡Suena el teléfono de ella! Es el hombre aburrido con el que vino al bar. En ese momento la pareja se da cuenta de que están siendo observados...
-Y que, ¿la invitan a unirse a ellos?
-jajajajaja ¡NO! Eso es lo que pasaría en una película pornográfica exclusiva para hombres... En ésta solo se nota la vergüenza de los tres...
-¿Y cómo acaba?
-Ahí acaba.
-Ahora méteme en tu boca por favor....

Estás enloquecido, enfebrecido, muerto de deseo de eyacular. Por un segundo me asusto de verte en ese estado, completamente excitado.

Me miras, y te veo. Te miro a los ojos, cuando tu semen empieza a brotar, y separo la boca, y los chorros caen dentro de ella, en mi lengua, me relamo, y vuelvo a meter la cabeza en mi boca. La beso, mientras gimes, y todo tu cuerpo está cubierto de sudor. Aún no pierdes la firmeza, y decididamente, me siento sobre ti, y me introduzco tu verga de un tirón, en la vagina.

Me muero de gusto, de sentirte recién venido, adentro de mí, pasan los minutos, no nos movemos, y aún sigues duro. Siento tu cuerpo empapado, abajo del mío, y te beso y me besas.

Y eso es solo la segunda parte del día.

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