Desde este espacio exploro mis ideas y mi sexualidad de una manera anónima. Cualquier semejanza con la realidad es meramente intencional
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miércoles, 5 de abril de 2017
Primera respuesta
Irrupción
Devastación
Autonomía
Autonomía
No necesito media naranja.
No tengo ganas de coger si no se me trata bien.
Si no hay ilusión, respeto, anhelo, conquista.
Si soy lo último en la lista de cosas por hacer.
Si ni siquiera se me dirige la palabra ni se me pregunta cómo estoy.
Las ganas de coger no se pueden dirigir a ningún lugar cuando hay tanto desprecio.
La pregunta es:
¿Si fuera diferente si querría?
Demasiada mamada en mi contra.
¿A estas alturas y en estas circunstancias a alguna le quedan ganas todavía?
Ya vi todo y no queda nada de la figura masculina adulta sexual que rescatar.
Demasiada agresión, demasiada violencia, demasiado engaño, demasiada ira, demasiada pendejez.
Ya no estoy en edad de que me importe, harta de tanta necedad.
Ya paso de los hombres. Solo quiero tranquilidad. Mi piel esta endurecida con tanta agresión, humillación, engaño, despecho, ser ignorada.
Entiendo de cierta manera a las mujeres que a estas alturas no quieren saber más del sexo masculino.
Los hombres no entienden ni nunca entenderán la necesidad femenina de sentirse cercanas al ser amado. O tal vez si, lo entiendan muy al principio y por pocos años. Pero nunca se van a poder entregar. Es mejor que ni nos hagamos ilusiones.
No entienden la necesidad de hablar.
No entienden el imprescindible requisito femenino de sentirse conquistadas.
Creo que solo las mujeres entienden eso, por eso nunca vamos a ser completamente felices solo con un hombre.
Entiéndalo, estamos profundamente decepcionadas.
Me vengo de manera autónoma.
Tengo todo lo que necesito dentro de mi, mis sueños, mi erotismo, auténtico, lábil, fogoso, cuando se me da la gana.
Me desfogo sin necesidad de humillarme y aguantar.
No necesito a nadie para causarme orgasmos infinitos.
Sociópata
Qué fácil es entenderlo desde afuera
Si tan solo fuéramos capaces de vernos claramente mientras estamos inmersos...
Es agradable sentirse conquistada,
Es maravilloso sentirse única
Sentir que alguien piensa en ti, alguien te desea, es intoxicante.
Saberse especial, es adictivo. Para alguien narcisista es casi extático.
Sientes que no puedes vivir sin ese extasis.
Es tan obvio y a la vez tan poco claro mientras estas sumergida en la agradable sensación...
Y cuando lo ves claramente, cuando eres consciente, es tan sanador. Entender la dinámica te libera.
No hay ni hubo nunca un futuro.
No hay ni hubo nunca un destino.
No hay ni hubo nunca ninguna magia ni nada especial
Lo único que hubo fue mentira.
Lo único que hubo fue un trastorno de la personalidad que te impide entregarte a tu familia.
Lo único que hubo fue un vacío tan grande de amor, que tenías que intentar llenar de mujeres, compulsivamente, una tras otra. Lo que no sabes es que ese vacío es infinito. No hay manera de llenarlo. Te absorberá hacia el hasta que te engulla.
Lo único que hizo que eso durara tanto fue mi incapacidad de verme reflejada en los brazos de otro hombre sociopata. El caos era tan constante que no podía identificarme en el. También la retroalimentación narcisista que mi ego tragaba por completo.
También te libera el haberte salido de la mente del otro por completo. Antes una parte de mi, a veces pequeña, a veces grande, llamada esperanza, impedía mi mudanza definitiva. A pesar de estar tan lejos, el vivir en la mente del otro te mantenía presa. Ahora que huí de tu mundo, por fin puedo dejarlo atrás. Por fin soy libre para entenderlo todo, y verlo desde afuera.
Anticlimax
Pensar todo bajo una nueva luz
No quedó nada.
Ni un sueño ni una esperanza ni un deseo.
Fue tal fulminante tu desenmascaramiento.
Fue tan devastador lo que vi,
Que no hay espacio para ningún posible recuerdo positivo.
Hay que repensar todas las experiencias bajo otra luz.
Volver a entenderlas, darles su justa dimensión.
Enmarcarlas en el contexto del engaño.
En la compulsión por hacerme caer.
Solo para destrozarme una vez más.
¿Qué dice eso de mi?
¿Cómo es posible que olvidara las mil veces previas?
En este momento recuerdo cómo siempre pensaba que no había valido la pena.
Pero siempre quedaba una pequeña puerta que dejaba entreabierta.
Hoy no quedó resquicio de añoranza.
No hay nostalgia.
Solo un sentimiento continuo de decepción, de engaño, de maldad, de irresponsabilidad, de juego macabro.
¿Habrá existido algún momento real?
El volver a entender cada momento, cada experiencia, cada palabra, bajo esta certeza, es de lo más devastador que he padecido.
Sensación de anticlimax. Una relación te debería hacer sentir segura, con intimidad, deseada, no utilizada, evitada,
El tratamiento fue duro, pero acabé dolorosamente curada