Seguidores

domingo, 5 de septiembre de 2010

Simplemente vivos

Te veo, llego a la habitación. Los pelos de tu cara están crecidos, homogéneamente distribuidos los negros con los blancos. Las canas te hacen ver mayor.
Tu me besas, me tomas entre tus brazos.

-¡Me picas!.
-Cuando termine de crecer la barba, ya no te picaré.
-Cuando te conocí, ¿recuerdas que tenías un candado alrededor de la boca?

Ese candado era completamente negro. Ahora es la mitad negro y la mitad plateado.

Tu boca. Tan suave, grande y hábil. Me besas, succionas mis labios. Metes la lengua, buscando la mía.

Y siento ese mismo golpe de sangre, de la primera vez que me besaste. Recuerdo, reencuentro, tu olor, tu barba, mi corazón latiendo, la certeza de que nunca podré resistirme, y mi respiración que se agita, suspiro. Sobre la ropa, frotas mis senos, siento los pezones buscándote.

Tu no pierdes el tiempo, desabrochas mi pantalón, lo bajas, y metes la mano adentro, sobre las nalgas frias, separadas por un hilo dental. De manera tosca, tus dedos buscan mis labios menores. Respingo al sentirlos colándose entre mis pelos.
-¡Cómo puedes estar tan mojada!... ¿Cómo, Preciosa?

Es el tipo de recriminación que me vuelve loca. Estoy empapada, apenas me has besado, me has magreado un poquito, y yo estoy escurriendo. Me siento culpable ¿Cómo puedo estar tan mojada?

Estoy contrariada,  a la vez soy tan probablemente diferente, que eso me reconforta.

-¡Pues por los besos que me estás dando! ¡No soy de palo!

Te separas de mi, y comienzas a desabrocharte el cinturón, el pantalón, cae y queda a media pierna, te sacas la verga que como siempre, está enorme, brincando, apuntando hacia mí. Es como si me fueras a castigar, por ser una niña mala, me vas a dar mi merecido. Una gota de miedo recorre mi espalda.

-Cómo puedes estar tan mojada ¿Eh? Ya se, quieres que te la meta, ¿Verdad?

Me das media vuelta, me doblas hacia adelante, y siento tus dedos separando la tela de la tanga de mi cuerpo, y haciéndola a un lado. Siento tu pene tanteando entre mis nalgas, la cabeza metiéndose entre mis pelos, remojándose en mi jugo, abriendo un poco, solo un poco mis labios. Solo la cabeza me penetra. Entra y sale, rápidamente. Frota mi clítoris, y siento que poco a poco me abro, mientras la cabeza me da vueltas.

Por fin entras en mi. Lentamente, tomas vuelo, poco a poco, lo vas haciendo más rápido, y tocas una parte, cierta parte dentro de mi, con tu mástil, que me taladra, que de la misma manera, me hace sentir un placer indescriptible.
Estás dentro de mi, golpeando mis vísceras, de cierta manera irresistible, que provoca suspiros. Casi sin darme cuenta, jalo tu mano, hacia adelante, tu entiendes y te chupas los dedos, y con esas manos enormes y oscuras, de la manera más suave posible, trazas círculos sobre mi clítoris. Hormigas recorren mi espalda, la piel se me enchina, parece que estás golpeteando mi cerebro, y anuncio:

-Ay, me voy a venir...

La fuerza me falta en las piernas, se me doblan, tu me sostienes, tu pene de gancho no me deja caer, me contraigo alrededor tuyo, y tu aumentas la velocidad de tu cadera, que me traspasa sin pausa.

Suspiro, jadeo, me suelto, tu me colocas sobre la cama, me desnudas, te desnudas, te recuestas en ella, y me dices:

-Ahora si, vamos a empezar. Primero te voy a comer, acuéstate sobre mi.

En 69 mis nalgas quedan enfrente de tu cara. Me encanta que me digas lo que vas a hacer, que no me pides mi opinión, tu decides, yo obedezco.

En mi extremo, tengo tu verga como mástil enfrente de la cara. Es un poco raro, verla de esa manera aislada, sin rostro, como si fuera de cualquier otro hombre. Tu cadera la eleva, la punta me roza los labios, yo abro la boca, y ella se mete adentro. Por el otro lado, tu lengua perfora mi vulva, como un pequeño pene cónico, se mete en mi agujero, se suaviza, se vuelve de gato,y me lame de abajo a arriba, provocándome escalofríos. Se endurece, se transforma en punta, y con movimientos rápidos y cortos, ataca mi clitoris. Me imagino que estoy escurriéndo sobre tu boca. Tus barbas se están bañando de mi humedad. Me excita imaginarte mojándote en mi, empapado en mi olor. Uno de tus brazos rodea mi cintura, y mis caderas comienzan a moverse, involuntariamente. Estoy restregando el coño en tu lengua. Tu lengua se mueve, pero yo me ayudo, las nalgas brincando frente a tu cara. Uy el placer...
Uno de tus dedos me penetra, otro más. Yo sujeto tu verga con la mano, está como piedra, chupo la cabeza, los dientes están sobre tu frenillo. Te chupas los dedos, y metes uno de ellos en mi ano. Ahora si no puedo mover la cadera, me tienes completamente sujeta, solo tu lengua se mueve sobre mi clítoris.

Y yo no puedo más, exploto, tengo miedo de morderte, por un momento te saco de mi boca, te aprieto con la mano, fuertemente, me vengo en tu cara, siento como mis caderas quieren moverse pero no pueden, porque no me sueltas ni un segundo.

Durante todas las pequeñas sacudidas, tu lengua no se separa de mi clítoris. El estímulo empieza a ser demasiado fuerte y trato de soltarme.

-No Preciosa, no te vas, apenas estoy empezando...

Sigo sin poder soltarme, estoy completamente sujeta. Tus dedos salen de mi,, pero tu lengua sigue trabajando. Después de un momento, el estímulo se transforma, vuelve a ser placentero, cada una de tus manos sujeta una de mis nalgas, ahora mueves la cabeza de un lado a otro. Y yo mientas pienso, en donde habrás aprendido a hacerlo tan bien, tan bien, que siento que voy en camino, nuevamente...

Lo que no me gusta tanto del 69, es que no me puedo concentrar en comerte, porque estoy tratando de procesar lo que sucede en el otro extremo de mi cuerpo. Yo mientras tanto tomo tus huevos en  mis manos, los aprieto, lamo tu pene.

-Ay si preciosa, apriétame los huevos...

Yo intento, lo mejor que puedo, en hacerte una mamada, con una mano sujeto el tronco, mi saliva ya ha lubricado todo, mi paladar es golpeado por tu cabeza, pero nuevamente el estímulo estan deliciosamente correcto, que estoy a punto de venirme, nuevamente, y mi boca te suelta, mientras el otro extremo se contrae, una, dos, tres, cuatro veces... Ahora si puedo mover las caderas, tu lengua se une y se separa de mi cuerpo por segundos.

Asi empieza, nuevamente otra ocasión, en la que nos hacemos nuestros, uno en dos, sin fin, como siempre. Yo arriba de ti, montándonos, desmontándonos, tu arriba de mi, de lado por atrás. Como dos demonios en una danza macabra, completamente empapados, sintiéndonos, haciéndonos sentir, simplemente vivos

lunes, 19 de julio de 2010

lap dance

viernes, 9 de julio de 2010

Sonrisa secreta

Todavía
dentro de mi
huelo tu semen
y una sonrisa secreta
se esboza en el interior.

Todavía
me estremece
el vaho de tu boca
sobre mi vulva henchida
creciendo, goteando
abriendose con propia voluntad

Todavía recuerdo
tu lengua de gato
tus besos profundos
tus ojos negros mirándome
curiosos, mientras te beso

Todavía recuerdo
tu pene intruso
venoso
caliente
morado
rígido
latiendo en mis labios

Todavía puedo sentir tu cadera
violenta, veloz, insistente
horadando mi cuerpo

Y desde el interior
surge una sonrisa secreta
que comenzó ayer

domingo, 4 de julio de 2010

se encuentran en mi

Partes de ustedes hay en mí
evidencia física, huellas biológicas
sudor, lágrimas, caricias,
rastro
no se notan, no se ven,
pero hay besos en el cuello
saliva en la entrepierna
semen en la boca
rasguños en el rostro

Si iluminaran con luz
si hurgaran en mi interior
notarían su semilla confundiéndose
sobresaltándose
al encontrarse dentro.

Hallarían a sus manos,
sus huellas
una sobre otra
en las mismas partes
unas fuertes y suaves
otras pequeñas y sutiles

Somos sin notarse un trio
sudor de uno
gotea
sobre la semilla de otro
saliva se mezcla
con el beso anterior

martes, 4 de mayo de 2010

primera noche juntos

Es desagradable estar esperando. Hay pocas cosas que me disgustan más. En la espera, me entretenía leyendo, tratando de relajarme, de sacar de mi mente las ganas de huir. Esperaba en la suite que habías dispuesto para nuestra primera noche completa juntos, en uno de los hoteles más caros del país.
Conozco varias sucursales del mismo en otras ciudades. Pero no deja de ser encantador el detalle del lugar esplendoroso en el que te estaba esperando, después de haber comido sola firmando la cuenta a tu nombre. No quería que me vieran, que nadie hablara conmigo. Sentía que algo me jalaba muy lejos de ahí, y por alguna razón yo me resistía a esa fuerza.
Inquieta, trataba de relajarme. Pensaba que no iba a funcionar, que simplemente mi cuerpo no respondería. Estaba segura de que no iba a ser una buena idea. Por fin te escuché entrar. Te vi tan hermoso, con tu traje, y tu aroma de madera. Y repentinamente empecé a pensar que tal vez no era tan mala idea...
Me tomaste entre tus brazos, y comenzaste a besarme. Un mínimo saludo se cruzó entre nosotros.
-¿Cómo te fue? pregunte, más por educada que por otra cosa
-mmm bien, pero no tienes ganas de hablar por el momento, ¿o si?

Esa fuerza brutal crecía en mis entrañas, me nublaba la mente, me impedía pensar, y sentía como poco a poco me sumergía en la lujuria. Me sorprendió como mis dudas de hacía media hora, se disipaban, me daba cuenta de como mi cuerpo te extrañaba, te recordaba, a diferencia de mi mente, de la razón, que unos momentos antes me llevaban lejos de ahí.

Si, estaba bien, todo iba a salir bien, ya estabas ahí, en mis brazos, en mi boca, en mis pezones, mis nalgas, te sentía como un pulpo, tus manos amasando mis caderas, sintiendo el contorno de mi cintura, de mis nalgas, de mi sexo.

Comencé a jalarte la corbata, a desabotonar tu camisa, sin dejar de besarte. Tu respiración ruidosa sobre mi boca, respirando mi aliento, recordándome por que estaba en ese lugar.
En unos segundos te tenía completamente desnudo, empalmado, oloroso, en mi boca, y en mis manos.

-Ven, vamos al baño, te voy a bañar. ¡Qué hambre atrasada!

El enorme baño lleno de espejos por todos lados, nos rompía en mil imágenes, Te veía mirándome a los ojos, observando sobre mis hombros, viendo los espejos, reflejándonos como una orgía sin fin. Encendiste el jacuzzi, y regresaste para seguir desnudándome lentamente.

-Preciosa, aléjate, quiero verte, termina de desnudarte.

Quisiera hacerte un show, pero soy demasiado autoconsciente para eso. Me limité a desnudarme lentamente, desabrochando el sostén, y viendo tus ojos vidriosos posándome sobre mis senos, deslizando lentamente la tanga de encaje entre mis piernas, notando los hilos de humedad que se formaban entre ellas.

Me incliné hacia adelante para sentir la temperatura del agua que iba llenando el jacuzzi.

-Uy preciosa, no te muevas, quédate ahí...

Desde atrás metiste la verga entre mis piernas. La cabeza morada rozaba mi vulva, mojándose ruidosamente. El placer me agobiaba, el escuchar tus gemidos, y los ruidos acuáticos que nuestros sexos hacían.

-Creo que no vamos a llegar al jacuzzi...
-Tienes razón...
-Uy está muy caliente el agua!! me senté en el borde de la tina. Te metiste en el agua y separaste mis piernas.

-Siéntante en esta toalla, porque ahora te voy a comer.

Notaba como mi vulva latía, estaba como al triple de su tamaño normal, los labios rojos e hinchados sobresalían entre los pelos, y no podía dejar de pensar en que es una especie de erección interna increíblemente obvia.

Creo que no hay mejor sensación, para contrarrestar las ganas de huír y la molestia de esperar, que la de una suave lengua lamiendo mis partes más íntimas. El placer es increíble, pero lo es más el verte abajo, concentrado en satisfacerme, en observarme, en hacerme venir antes de tomar algo para tí. Hay algo de majestuoso en esa imagen que percibes desde abajo, mi rostro enrojecido, transformado, jadeando, gimiendo entre los senos temblorosos vistos desde allá. Así me imagino tu punto de vista.

Tu lengua introduciéndose entre mis labios, subiendo, bajando, concentrándose en el clítoris, tu boca posándose sobre toda mi vulva, mientras tu nariz hace círculos justo en donde tu lengua estaba hace un momento. Mi mente se apaga, el tiempo se detiene, y mi sexo se contrae y se abre en espasmos infinitos. Unos segundos floto en la tierra de nadie, sin saber quien soy o en dónde me encuentro. Abro los ojos y te vuelvo a ver allá abajo, implorando mi atención, con tu boca sobre mi vulva.

Encantado me observas, sonries, te acercas, me besas, me huelo en tu boca, en la mía. Nuestras lenguas se trenzan, recargas tu espalda sobre la tina, y me deslizo entre tus piernas. Tu rabo se asoma por el borde del agua, y lo tomo entre los labios, lo chupo, me lo meto en la boca, lo succiono, subo, bajo, cierras los ojos, tu cabeza se inclina hacia atrás. No puede estar más duro, podría estallar. El agua me encanta, lubrica todo tan bien, o eso me parece. Está calientita, el agua, tu verga, tu cuerpo flota y el mío también.

-Preciosa, detente, estoy a punto de venirme, y todavía te la quiero meter...
-Está bien, guapo, te voy a enjabonar.

Tomo el jabón, y los vellos de tu pecho funcionan como esponja. Te convierto en una bolita de espuma, froto tus brazos, tu pecho, tu cuello, tu vientre, tu escroto. Te dejo bien limpio, me dices que es tu turno.

Te dedicas a enjabonarme el pecho. Tus manos sobre mis senos se sienten increíble. Subes una mano, bajas la otra, las metes abajo de mis brazos, en la espalda, entre las nalgas.

-Ya quedamos bien limpios, ahora te la voy a meter...

Me tomas de la cintura y me sientas sobre ti. Me encanta que entres de esa manera,  yo arriba, llevando el control. Así fue la primera vez que me la metíste, también
Justo en el momento en que entras en mí, los dos rugimos, me penetras, te dejo entrar. Esa sensación indescriptible podría recordarla aún después de años. Podrías rasgarme, romperme, tan grande te siento en mi interior. Recuerdo que el grosor de tu mástil es del ancho de mi muñeca. Creo que por eso te siento tan delicioso, tan enorme.
Y te cabalgo, de arriba a abajo, de adelante a atrás, reboto en el agua, rebotan mis senos frente a tu cara. Tu lengua los lame, atrapas un pezón entre tus labios, lo chupas, lo succionas, mientras tus manos sujetan mis nalgas.
-Preciosa date la vuelta, súbete en mi. Giro sobre tu pene, y te doy la espalda, tus manos toman mis senos y me acuestas sobre tu pecho. Me tienes ensartada desde atrás, tu pene de gancho no me suelta, entra y sale, tus manos acarician mi vientre liso, se meten entre mis piernas, tus dedos se cuelan sobre mi clítoris, trazan círculos infinitos mientas tu me coges sin prisa pero sin pausa.
Me gusta sentir tu aliento sobre mi oído, pero me yergo y en cuclillas me enderezo para metérmela y sacármela a toda velocidad, chapoteando en el agua.

-Creo que ya quedamos suficientemente limpios, vámonos al cuarto

Te sientas en el sillón, y desnuda, me siento entre tus piernas. Ahora todo está seco, hay que volver a lubricarlo. Metes tu pene en mi boca, golpeas el paladar con la cabeza, yo sujeto tus huevos, con una mano sostengo la base de tu polla. Te encanta, te gusta, metes los dedos entre mis rizos mojados. Te veo acercarte, alejarte, gemir, ese caminito que conozco que te lleva al orgasmo.

-Antes de que te vengas, quiero que nos vayamos a la cama y te subas arriba de mi y me la metas

Está bien, preciosa, te voy a filmar, vete a la cama.

Colocas la cámara en el mueble frente a la cama, y yo abro las piernas, y te pido que vengas.
Sumerjo los dedos dentro de mi, me froto el clítoris en círculos, siento esa increíble humedad. Y tu gozas observándome gozar, tu pene brica, se eleva, apunta hacia mi, yo lo observo, me relamo, veo tus ojos observando como me masturbo para ti ante la cámara.

Casi no puedes aguantar más las ganas de cogerme desesperadamente, pero sabes que siento exactamente lo mismo, te pido que vengas, que me la metas ya, por favor...

Gateas sobre la cama, te acercas a mi, te metes entre mis piernas, bajas la polla, la empujas entre mis labios, siento que mi cabeza da vueltas, y me la sacas

-No... todavía no te la voy a meter dices mirándome a los ojos sonriendo.

-Ya métemela por favor... (Te encanta que te lo ruegue)

Solo la cabeza roza mis labios, cierro los ojos, esperando que me penetres, rezando que lo hagas pronto, hasta el fondo...

Abro los ojos y los tuyos están enfrente, sonriendo, sin moverte

Pues si no me la metes, me la meto yo sola...

Mis piernas rodean tu cadera, y solita me penetro a mi misma contigo

Ries, me rio, te sorprendes, los dos reímos, cuando comienzas a moverte rápidamente sobre mi.

Y siento un placer indescriptible, que me taladra, crece en mi, tu barra cálida se funde en mis paredes, y me siento hembra por siempre, abajo de tí, goteas sobre mi rostro, respiras sobre mi boca, me besas, tu lengua ataca la mía. Y me voy a venir, contigo adentro, moviéndote rápidamente como tu lo sabes hacer. Mi boca se desliga de la tuya, gime mientas me vengo en tu pene, se contrae la vulva, se cierra con fuerza y mi pecho grita. Y tu me miras a los ojos, no los cierras, solo cierras mis piernas, tus huevos se presionan enmedio, entras y sales, hasta que suspiras en mi boca, tiemblas sobre mi, te desplomas en un grito agudo.

Te acuestas atrás de mi, me abrazas la cintura, los dos jadeamos, cada vez más lento, mientras empieza nuestra primera noche juntos

miércoles, 24 de marzo de 2010

antesala


En la antesala para abordar el avión me encuentro. La irrealidad me ataca por momentos. Setecientas veces me has roto el corazón, otras setecientas lo has recuperado. A veces siento que has muerto y renacido mil veces, y en todas estoy yo, sin aparentar nada desde afuera, observando cómo el destino juega con nosotros. Es sorprendente el mundo que existe en mi interior, y que es completamente desconocido para todos.


-Preciosa, ¿puedes traer un par de tus juguetitos?
- ¿Para que quieres un par? ...¿que pensarán de mi si revisan mi equiaje y se encuentran con dos vibradores?
-Pensarán que eres una princesita muy traviesa...

En el fondo, eso es exactamente lo que soy para ti. Una princesa, un hada, etérea, irreal. Traviesa, diferente, encabronadamente cachonda. Ese es el fundamento de nosotros, lo que nos mantiene en el tiempo.

Tengo la ventaja de que yo lo se todo de ti. Se como eres, dónde andas, lo que haces. Por momentos me enojo, cuando aparece una foto en la que sales con ella. Hago mis entripados, y una pequeña parte de mi te saca de mi interior. Pero sé lo que sucede, que enmedio de ustedes, estoy yo, como un fantasma, como una incertidumbre, que ya tiene rostro.

Y después de un rato, se me pasa el enojo. Como hoy en la mañana, cuando me disponía a venir. Pensaba, ¿que pasaría si no llego? ¿Si el boleto se queda pagado y sin usar? ¿Si no me encuentras desnuda cuando llegues a la habitación?

Pasaría que me perdería la oportunidad de volver a estar en tus brazos, de que estés adentro de mi. De que me recuerdes por que es que sigo en este torbellino emocional. De que vuelva a sentir esa absoluta adoración que tienes por mi.

Son muchas mas horas de las que hemos estado juntos de una vez. Es una especie de prueba, que nunca hemos pasado.

Me entretengo pensando que haremos, si nos meteremos a bañar cuando llegues, si te enjabonaré concienzudamente, lentamente, paseando mis dedos por todos tus rebordes. Si daré una probadita a tu segunda cabeza, gorda, brillante, morada.

Imagino que podría untarte con aceite, al fin que tenemos toda la noche, no hay prisas. podría deslizar mis manos por tu pecho velludo, por tu vientre liso de negro, por tu entrepierna, y disfrutar un poco con el mástil que se me ofrece, antes de sentarme sobre el, y hacerlo solo mio.

Por otro lado, pienso si no sería mejor quedarme aqui, y dejar de vivir una realidad que no es la mía, con un hombre que no es para mi, y que nunca lo ha sido.

...Ya es tarde, ya estoy desnuda en la habitación, esperándote.

lunes, 8 de marzo de 2010

¿Por qué engañamos las mujeres?

Tomado de aqui
Por: Eugenia Correa
Cada cabeza es un mundo, y las razones por las que una mujer le puede ser infiel a su pareja son tantas como mujeres en el planeta tierra. Pero existen algunas que son más comunes que otras. Preguntando a distintas mujeres vía Facebook, estas fueron las 5 respuestas más usuales.

- Me siento ignorada o emocionalmente sola.

Muchas de las respuestas que recibí de mis amigas de Facebook a la pregunta ¿por qué engañarías o has engañado a tu pareja? estaban completamente relacionadas con el hecho de que se sentían ignoradas por sus parejas. Ellas dijeron que jamás habían pensado que podrían engañar a su pareja, pero que después de años de relación sus hombres se habían vuelto menos detallistas, ya no les decían que las querían o que eran bellas, se habían olvidado por completo del romance en su relación. Una incluso me dijo “No me había dado cuenta que los detalles me hacían falta, pero cuando otro hombre se interesó por mí, me dijo que era guapa no necesité más y caí. En ese momento note cuánto extrañaba los pequeños cumplidos y detalles. Aunque después me di cuenta de que aun podíamos salvar la relación. Tuvimos que trabajarlo juntos.”

Si algún hombre está leyendo esto y no quiere que lo engañen entonces debe estar atento al detalle, una mujer que se siente querida no busca amor en otra parte.

- Me encontré con un amor que pensé olvidado

Varias otras respuestas decían que la infidelidad se había dado por un reencuentro con un amor que creían pasado pero que en realidad nunca habían olvidado. “Tenía novio, y no estaba mal, pero una noche que salí con amigas me encontré a mi ex. Me movió el tapete y supe que no lo había olvidado. Regresamos y mi novio de ese momento jamás me lo perdonó. Pero yo no podía ingorar lo que volví a sentir.”<!--[endif]-->

Si algún hombre lee esto debe quedar claro que las chicas también solemos sacar un clavo con otro. Si no quieren ser engañados quizá quieran asegurarse de que su mujer ha dejado su pasado atrás, si no puede ser que el clavo anterior haya dejado un hueco que no pueden llenar.

- ¡Venganza!

Cuando sabes que tu hombre te ha engañado, tu orgullo de mujer ha quedado herido, quizá incluso piensas que hay algo que está mal contigo te sientes sólo media mujer. Una forma de superar esto es buscando a un hombre que te haga saber lo contrario. El hecho de seducir a un hombre de nuevo te devuelve cierta autoestima. “Quizá no sea lo correcto,” dijo una amiga “pero a veces el puro instinto de supervivencia es el que te mueve a hacerlo.”

Si un hombre lee esto deberá saber que tanto en la guerra como en el amor todo se vale, si una mujer es engañada primero sabrá pelear tan fuerte como sabe amar. No se sabe donde pueda parar.

- Ya no me importa mi relación, creo que merezco algo mejor.

Como los hombres, nosotras también podemos aburrirnos en una relación, a veces incluso sin explicación razonable. Cuando nos deja de interesar nuestra pareja dejamos los detalles, besos y sonrisas fuera. Si él se aburre no te importa, si descubre que lo engañas tampoco. Una de las encuestadas dijo “No es un buen lugar para estar. Así que si aparece algo mejor en el horizonte lo vas a tomar. Quizá lo sano sería terminar la relación de tajo para poder continuar, pero hay veces en que podemos ser igual que los hombres.”

Si un hombre está leyendo, ya lo sabe, sobre advertencia no hay engaño. Si crees que puedes engañar a una mujer sin consecuencias estás equivocado, debes estar conciente de que las mujeres podemos ser muy malas también.

- Falta de sexo

Las mujeres como los hombres apreciamos un buen orgasmo. Muchas veces cuando una mujer no tiene sexo con su pareja siente que es su culpa y que no está logrando atraer la atención de su pareja. Si recibe atención de otro hombre quizá no dejará pasar la oportunidad.

Así es señores. Las mujeres también queremos buena cama, así que si lo que quieren es fidelidad ya saben cuál es el mejor antídoto. Una mujer feliz no buscará a otro hombre.

Y tú, ¿por qué engañarías o has engañado a tu pareja?

martes, 2 de marzo de 2010

Resistencia

¿Está nuestro secreto a salvo esta noche?
¿Y estamos fuera de vista?
¿O se vendrá derrumbando nuestro mundo?
¿Encontrarán ellos nuestro escondite?
¿Es este, nuestro último abrazo?
¿O las paredes empiezan a desmoronarse?

Esto podría ser incorrecto
Pero debería ser correcto
Esto podría ser incorrecto
Dejar que nuestros corazones se enciendan
Esto podría ser incorrecto
¿Estamos cavando un agujero?
Esto podría ser incorrecto
Esto esta fuera de control

Esto podría ser incorrecto
Esto nunca podía durar
Esto podría ser incorrecto
Debo borrar esto de prisa
Esto podría ser incorrecto
Pero debería estar siendo correcto
Esto podría ser incorrecto

El amor es nuestra resistencia
ellos nos mantendrán separados
y no se van a detener hasta vernos divididos
sostenme, nuestros labios siempre deberán estar sellados.

Si vivimos nuestras vidas en el miedo
Esperare mil años
Sólo para verte sonreír otra vez
Reprime tus oraciones por el amor y la paz
Vas a despertar a la policía de los pensamientos
No podemos ocultar la verdad en nuestro interior.

La noche ha llegado a su fin
No podemos disimular
Debemos correr
Debemos correr
Es hora de correr

Llévanos lejos de aquí
protéjenos de futuros males
¡Resistencia!.

Resistance, Muse

domingo, 28 de febrero de 2010

dos palabras


Son dos palabras de ti, que han dado un vuelco de 180 grados a mi perspectiva. Cuando finalmente pensaba que las cosas iban tomando su lugar, y nos estábamos adaptando a la nueva situación, de tu allá y yo acá, cada oveja con su pareja. Me comentaste el viaje que recientemente hiciste con tu mujer los dos solos, al otro lado del país donde viven, para encontrarse con algunos viejos amigos. Describiste como conseguiste que tu madre fuera a cuidar a tus hijos, la primera vez que dejarían a la pequeña de casi dos años, sería destetada durante ese viaje.
Atormentada, imaginaba tu estancia con tu esposa, y el pensamiento era casi insoportable. Además de que hace dos meses que no te veo físicamente.
Todo esto en cierta manera me daba la certeza de que pronto nuestra relación llegaría a su fin. Te habías reencontrado con tu mujer, y ya no me visitas.
Sin embargo, varias cosas no me cuadraban: tu insistencia en decirme cosas agradables, tu extraordinaria simpatía al llamarme, los sueños que me ibas contando que tenías conmigo, todos con un alto contenido erótico. Culpabilidad, pensé.
Finalmente sentía que poco a poco ibas saliendo de mi mente. Estoy segura de que lo notaste.
Aún mas insistentemente me buscabas por el messenger, y me llamabas por teléfono. Esa disparidad en las señales que me enviabas, prometía volverme loca por completo.
Tu mujer se unió a facebook. Como nos conocemos desde hace tanto tiempo, nos aceptamos como amigas.
Una extraña inquietud, me hostigaba cuando ella comentaba mis enlaces y escritos.
Se fueron nuevamente de viaje, ahora con toda la familia. Durante ese viaje, tu hija mayor descubrió el juego Pet Society, y me encontró como amiga.
Chateamos tu niña y yo, a través del juego, a las 6 am, durante su viaje, mientras te imaginaba en el cuarto de hotel, por ahi, con tu mujer, viendo como jugaba conmigo. Un leve escalofrío me recorría de pensar en estar metida en medio de su intimidad.
Dos días después, una llamada a través del skype, nuevamente me sorprendió. Tu mujer me llamaba, diciendo que su hija quería hablar conmigo, porque le gustaba mucho el juego de facebook. Hablamos de eso, de facebook, de su reciente viaje, del destete de la pequeña. Como si fuéramos un par de amigas de hace mucho tiempo. Los sentimientos se hacían cada vez mas confusos dentro de mi, porque no podía imaginar lo que sucedería si tu hija, o tu esposa se enteraran de nuestra larga relación.
Al día siguiente de esta llamada, recibo una tuya. Me dices que estás en otro continente trabajando, que piensas en mi, que me extrañas. Yo te digo que hablé recientemente con tu esposa.
Y me dices algo que me desconcierta aún mas.
-Preciosa, pues ten cuidado con lo que le dices, porque ella sospecha.
-¿Cómo que sospecha? ¿Qué sospecha? ¿Por que lo dices?
-Porque me preguntó si hay algo entre tu y yo ahora mismo, y si lo ha habido antes.
El corazón late fuerte, sonoro, rápidamente, bricando dentro de mi pecho. El aliento me falta, me siento mareada.
-¿Y que le dijiste?
-Que no hay nada ahora mismo, pero que antes de casarnos, salí varias veces contigo.
-¿Y por que lo dice? ¿Qué piensas tu?
-Dice que una vez que le dije que iba a desayunar contigo regresé a la casa y pedí de desayunar con mucha hambre. Y que otra vez que no le dije que te vería, me contradije.
-Bueno, pero hace mucho tiempo que no vienes, entonces ¿como es posible que piense que hay algo entre nosotros ahora?
-No se bien, pero te digo que lo sospecha.
Mi mente daba vueltas, todo lo que recientemente creía de la relación tuya y de tu mujer poco a poco se desmoronaba. El viaje de reencuentro no lo era tal, estaba surcado por la duda de ella, por la conversación en la cual ella está convencida de que le eres infiel.
Tratando de ordenar mis ideas, completamente confundida y asustada, te pregunto:
-¿Bueno y tu que piensas hacer?
-Yo ahora mismo que termine mi conferencia, me dedicaré a ver los videos de nosotros, y me masturbaré pensando en ti...
-Veo que la preocupación no te quita la calentura...
-Preciosa, es que tu no lo entiendes, no te acabas de dar cuenta, pero no veo que haya algo que pueda cambiar lo que siento por ti... TE AMO...
-...(!!!!!!!!!!!!!!!!!!!)
-¿Te imaginarías lo que sucedería si regresara a México?
-...¿Qué te gustaría que sucediera? (Siento que la respiración me ahoga, y el pecho se oprime)
-No me respondas con otra pregunta...
- Guapo, pero hace mucho tiempo que no nos vemos, a mi ya se me está olvidando todo eso...
-...Pues a mi no, y quiero que hagamos un viaje juntos...

lunes, 15 de febrero de 2010

infidelidad durante la preñez

Me encanta y me fascina ese estado de infidelidad voluptuosa en el que se sumergen bastantes hombres cuando su mujer está embarazada. Es encantador verlo una y otra vez, ellos buscando en el pasado, rascando en los recuerdos, tratando de encontrar un resquicio, una ceniza que haga renacer lo que algún día hubo fuera de su casa.

Y no es que esté generalizando, pero no creo que pueda ser casualidad que cuando una buena amiga lloraba en mi virtual hombro porque su marido la había dejado por una zorrita, justo cuando ella acababa de dar a luz, mi guapo empezó a hacerme el amor con sus palabras y su mujer esperaba al tercer bebé.

Casi, por un pelito, no me dejo seducir, y me solidarizo con su embarazada mujer, recordando a los recientes cuernos de mi amiga.

Es cierto, cuando una lleva la criatura adentro, algunos hombres voltean la mirada, y huyen. A mi marido también le pasó, recuerdo una vez en que furiosa le dije amenazante: "Ay de ti si me estás poniendo el cuerno, porque se lo digo a tus hijos..." cuando diariamente se escapaba temprano al gimnasio.

Mi buen amigo C está esperando su cuarta criatura, y aún él cae en el estereotipo. El otro día, cuando en el facebook pedía que mis amigos pusieran bajo mi estado lo que recordaban de cuando me conocieron, C me confesaba a través del messenger lo que nunca se atrevería a decirme a la cara, algo que si feisbuk lo publica lo mandan a dormir a la tina.

No puedo negar que me hizo el día, y que un inquietante sentimiento de notar una revelación ante mis ojos me llenaba el pecho. Casi no podía creer lo que mis ojos leían.

Y me preguntaba en que es diferente C que el guapo. Por que cuando C me busca no me brinca el corazón. Por que al guapo, a pesar de que me abandonó por segunda vez en la vida, no puedo olvidarlo. Por qué cuando llama a mi teléfono de larga distancia como hace 4 días, no puedo dejar de sentir esa opresión en el pecho. Por qué a pesar de que tanto a C como al guapo los conocí en el mismo lugar, a C nunca lo deseé. Por que a pesar de que estuvimos muchísimas más veces  juntos, nunca nos pasó por la mente besarnos  (bueno por lo menos a mi no). Por qué el guapo y yo nos atrevimos a romper todas la leyes, las de la diferencia de edad, las de evitar follarse a una alumna/profesor, las de seguir follándonos a pesar de estar comprometidos con otras personas, las de seguir cogiéndonos a pesar de tener cada quien su familia.

¿Qué es lo que nos atrae hacia una persona y no hacia las demás? ¿Por qué no puede uno dejar de sentirse atraído en un acto de voluntad?

viernes, 5 de febrero de 2010

tocándome


Lo habré hecho mil veces o muchas más. Todo empezó cuando apenas era mujer, y quería sentir eso que había leído en un libro. Antes lo había soñado, precoces sueños eróticos que terminaban en orgasmo. Despertaba exhaltada, confusa, mojada. Sin entender bien como había sucedido eso mientras dormía. Sorprendida de la intensidad, del placer. Con cierta culpa, por no haberlo experimentado con varón. Extrañada de que se desencadenaba sin absolutamente ningún estímulo físico. Era solo mi mente adolescente, casi niña, las hormonas que bombeaba mi joven corazón.

Recuerdo que me encerraba, y trataba de hacerlo rápidamente, lo más posible. Con un dedito remojado de saliva, untaba y frotaba mi clítoris. La sensación exhultante de como se abrían mis labios, como poco a poco escurría la humedad, como mi cuerpo se tensaba y comenzaba a sudar a pesar de estar inmóvil. Nada se introducía en mi.

Cerraba los ojos, no tenía ninguna imagen en la mente. Ni un hombre, ni una mujer, ni un pensamiento. Solo sentía las olas, los escalofríos, sentía nubes rojas, goteando, hasta que un relámpago las surcaba y mi cuerpo se dividía, se corría, y trataba de contener los gemidos involuntarios que salían de mi boca.

Jadeando me vestía, y rápidamente volvía a la realidad.

Pero a veces no podía evitar la tentación de volver a hacerlo, unas horas después.

Y me pregunto, ¿otras mujeres como lo harán? ¿A que edad habrán empezado?  ¿Cuando un hombre masturba a una mujer como lo hace? ¿Que dá mejor resultado?
¡Me gustaría leer tu opinión!

domingo, 31 de enero de 2010

imagino mas

Tus palabras resuenan en mis órganos

el deseo se deja escurrir entre mis piernas
y nadie alrededor se imagina
que en mi mente, trastornas, vuelcas, provocas.

Son sólo tres párrafos y una presencia virtual
y la sugerencia del deseo que te invade
quieres desayunar, pero a mi
y entras en mi cabeza
en el recuerdo de tenerte entre mis piernas,
mientras te miro, sentada
tu hermosa cara, viéndome desde abajo
jugando con mis partes más sensibles
esos ojos oscuros, almendrados, enormes
observando mis reacciones.
Tu lengua, pintando levísimos surcos
sobre mis labios más delgados.
Mientras tu mirada no me abandona

Te pido, Tócame...
...¿Así? me lames como gato
limpiando mis jugos
de la manera más suave posible
Se forman hilos de humedad
que unen tu lengua.
La tensión me incita
me enloquece, me mata.

Y gozas viéndome
mucho antes de que yo te toque.

Quisiera hundir mi boca en tus labios gruesos
rojos, hinchados, mojados, dices
otra vez, mientras mi nariz te acaricia el clítoris.
Estoy en armas. inmensas.

Y luego entrar en ti, desesperadamente
¿Hasta que se me ponga roja la cara?
¿Cómo seguramente tengo la caverna?
¿Taladrándome hasta que muera?
Así... hasta que te abras y te cierres sobre mí
sujetándome con tu cuerpo.

E imagino
¿Igual me desearías si no tuviera rostro de ángel?
¿Si mis rizos no cubrieran tu pecho?
¿Si mi delgada cintura no cupiera entre tus manos?
¿Si no tuvieras que abrir mis nalgas para entrar?
¿Aunque no existiera esta extraña paradoja fútil
de mujer en cuerpo de adolescente?

Y sigo imaginando
que es solo un deporte
que no hay nada en especial
que es una casualidad esperada
que sucederá mientras lo permita
mientras me sigas poseyendo a la distancia
tus palabras resuenen en mis órganos
y esta erección interna
perdure
y me consuma por completo.

jueves, 21 de enero de 2010

que cosa fuera la maza sin cantera


un amasijo hecho de cuerdas y tendones
un revoltijo de carne con madera.

Dormir desnudos: no tan buena idea.
En la duermevela,
la maza insiste, se mete entre mis nalgas
estira mi piel, trata de entrar.

Me doy cuenta de que estás completamente dormido,
quien sabe que sueñas
pero yo noto el resultado
que me impide descansar.

Es hora de acabar,
algo hay que hacer
para terminar con la insistencia
y dejar de reiterar
Tu carne tratando de entrar en la mia
buscando su lugar.

Me despierto por completo,
cierro los ojos,
siento tu piel
huelo tu pecho,
y me abro
para que puedas
encajar.

Ya todo es suave, líquido, fluído
adentro es calor y humedad.

Y así pasan los minutos
de ese leve movimiento
que me penetra por detrás

Mi cuerpo se endurece
cierro los ojos
siento tus dedos
despiertos entre mis piernas
nunca dejando de atacar

Y me convulsiono, rápidamente
respiro fuerte
empiezo a cantar.
El vértigo te estremece...
Por fin la maza se suaviza
y me deja descansar...

un testaferro del traidor de los aplausos

un servidor de pasado en copa nueva
un eternizador de dioses del ocaso
júbilo erguido con trapo y lentejuela

jueves, 14 de enero de 2010

frio

Me levanto en la noche, el viento azota los cristales, silba y canta. Afuera hace mucho frio.
Es un lobo agudo, que se escucha solamente en noches como esta.
Casi imposible determinar por el tacto si las sábanas de franela están solo heladas, o si en realidad están mojadas. Mi cuerpo cambia un centímetro de posición e inmediatamente encuentra una sombra fría. En la oscuridad, mis sueños se confunden.
A veces me pasa, despierto con el corazón en la garganta, con la certeza de que es el último momento de mi vida. Así en lo negro, es imposible saber quien soy, en que año vivo, y quien respira junto a mi.
Mi nariz está helada. Mi corazón igual. Me coloco frente a ti dándote la espalda. La tibieza de tu cuerpo me conforta, pero por un segundo la incertidumbre me asalta.
¿Quién está acostado atrás de mi? ¿De quién es el cuerpo que me calienta?
Escucho tu respiración, y un escalofrío me recorre.
A media noche, y en la negrura absoluta, no sé quien duerme junto a mi. Podría haber despertado mil años antes, o mil años después. O solamente 15. O un mes.
Podría ser que fueras tu, o no.
A veces, así en la noche, después de la confusión de mis sueños, no puedo asegurar quien eres, ni donde estoy. Cierro los ojos, y trato de adivinar sintiendo tu cuerpo. Son iguales, tienen dos piernas, dos huevos, dos brazos, un pene. Casi se podría decir que roncan igual. Hay diferencias, si, pero en realidad son sutiles. Y me hacen sufrir.
Tus brazos me sujetan, tus manos se posan sobre mis senos. Es casi un reflejo, al sentir mi cuerpo. Siento tu verga palpitando entre mis nalgas, creciendo, te escucho dormido. Una gota se desliza entre mis piernas. Instantaneamente se enfría.
Y cierro los ojos, pensando quien quiero que seas en realidad hoy.

miércoles, 13 de enero de 2010

Roxxy, la robot sexy

Es sorprendente de lo que somos capaces los seres humanos para reproducir nuestras fantasías.
¿Te gustan los coches? Esta robotita, puede platicar contigo de lo que te guste. Tiene un esqueleto, y está recubierta con "piel" parecida a la humana.
En su espalda, está conectada a una laptop para saber que decir dadas las circunstancias. Siente tu mano cerca de la suya, y dice "me gusta que me tomes de la mano."
Posee sensores en lugares estratégicos. Puede sentir cuando la mueves, pero no puede hacerlo por si misma.
De hecho, sigue conversaciones sencillas con su interlocutor.

Tiene 3 diferentes personalidades: "Wendy la salvaje", "Farrah, la frígida", y "Martha la Madura", vale $7000 dolares y una cuota mensual (Supongo que para recibir nuevas conversaciones...)
Su creador, un ingeniero que incialmente quería reproducir a una fallecida amiga, dice que al principio solo estaba tratando de crear una compañía.

En el libro "amor y sexo con robots", de 2007, el jugador de ajedrez británico y experto en inteligencia artificial David Levy argumenta que los robots se convertirán en parejas sexuales significativas para los seres humanos, dando respuesta a necesidades que otras personas son incapaces o no quieren satisfacer.

¿Será que algún día nuestros mejores atributos serán sustituídos por una linda robotcita?
Le daré 10 puntos al que me diga que tiene de raro en la foto...

viernes, 1 de enero de 2010

escena

Una sola escena
Estabas tu, acercándote hacia mi. No hablabas, yo tampoco. Yo empezaba a tocar tu cuerpo, sobre tu ropa. Te abrazaba y sentía tu torso cónico como de delfín debajo de mis brazos. Subía y bajaba mis manos sobre tu espalda. Sentía tus rizos tiesos entre mis dedos, tu cuello, tus nalgas, los músculos duros bajo la piel de tus brazos fuertes.

Y tu me besabas. Era como si me dijeras que me querías, yo sentía el amor entrar a través de mi boca, por toda mi piel, mis poros se abrían y ese maravilloso sentimiento entraba en todo mi cuerpo y en mi alma. Yo sentía tu alegría, tus ganas, tu deseo en todo mi cuerpo. Sentía tu pene vertical y rígido sobre mi abdomen. Protuberante, más aún que tus pestañas y tu boca. Era tan real y tan intenso, tan fuerte, mágico. Casi verdadero. No decías nada, pero yo lo sentía, mi mente sabía lo que tu me transmitías a través de tu cuerpo. No había miedo, no había dolor, ni emocional ni físico.

En ese momento desperté. Todavía podía sentirlo. Y repentinamente, me di cuenta de que solo era un sueño.

Gruesas lágrimas me brotaban de los ojos, pero no tenía un nudo en la garganta. Era como una regaderita mojando mi almohada. Con ese llanto se iba limpiando mi alma, mientras regresaba a la realidad. Era incontenible, silencioso, pero a la vez reconfortante.

Y tu notaste mis lágrimas. Creíste que tenían relación contigo. Silenciosamente me abrazaste por atrás. Besabas mi cuello, metías las manos por debajo de mi ropa. Sentí tu pene como palo tanteando mis nalgas.
-¿Vas a querer que te haga un huevo para desayunar?
-Mmm prefiero chorizo..

Toqué la punta de tu verga, que me golpeaba la espalda.

Comenzaste a desnudarme, y yo a sudar. Me quitaste toda la ropa, y me jalabas los pezones. Sentía mi vulva hincharse, mojarse, casi podía verla enrojecida y abultada.

Metiste dos dedos en mi boca,  después los colocaste entre mis piernas, rozándome suavemente el clítoris.

Te abracé con una pierna, para que pudieras alcanzarme mejor. Tu otra mano recorría mi vientre, y moldeaba mis senos.

Me colocaste boca abajo, y metiste cada uno de tus dedos dentro de mi. Todos quedaron pringosos, resbalosos, cubiertos de mi jugo. Untaste con el mi culo, y metiste dos dedos en el, y tres en la vagina. Cerré los ojos, cuando metiste la otra mano por debajo de mi cuerpo para acariciarme, con la presión justa y en el lugar perfecto, por adelante.

No creo que muchos sepan hacerlo, pero tu lo dominas. Tus caricias no son muy suaves, pero tampoco fuertes. Tienen la intensidad perfecta para convertirme en huracán, para desquiciarme por completo, para hacerme sentir esa agradable sensación de que me voy a venir en tus manos. Yo quietecita lo sentía venir, crecer en mi vientre, ondular en cosquillas sobre la ingle.

Ha sido uno de los orgasmos mas fuertes que recuerdo. El vértigo me sobrecogió, y un alarido salió de mi pecho. Continuo, largo, potente, igual que el sentimiento en mis entrañas.

Hoy inició un año nuevo, mezclado de lágrimas y orgasmos

otras entradas

Blog Widget by LinkWithin