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jueves, 17 de diciembre de 2009

entre dos amores

Entre dos amores voy a la deriva

uno me protege, el otro es mi guía
uno me da hogar, el otro vida
uno es amor, el otro me excita.

Entre dos amores voy como hoja al viento
uno es el que tengo, el otro es el que siento
uno es tan suave, el otro tan fiero
uno me da paz, el otro miedo.

Entre los dos voy enloqueciendo
un amor normal, un amor veneno
un amor tranquilo, un amor deseo
si con uno vivo, por el otro muero.

Entre dos amores no sé lo que quiero
un amor casero, un amor bohemio
el que tengo siempre o al aventurero
un amor sensato, un amor sediento.

Entre dos amores no sé lo que anhelo
amor de palomas o un amor de fuego
con el uno duermo, con el otro sueño
uno me adora, el otro es mi dueño.

Entre los dos voy enloqueciendo....
En menos de un segundo cambia como el viento
hoy me lleva al cielo, luego al infierno
y me hace bailar al son de sus deseos

por eso le odio, por eso le quiero.

domingo, 13 de diciembre de 2009

cerca

Sé que ya estás aqui. Te siento, te percibo, estás cerca.
Te imagino bajando del avión, listo para acercarte cada vez mas.
El corazón se desboca, no puedo dormir.
Mañana estaré en tus brazos nuevamente.
Casi no lo puedo creer.
Y sigo con miedo, más que nunca...

miedo

El sentimiento que mas fuerte va creciendo en mi, es el miedo
los calores me invaden, las imagenes se entrometen
y no me dejo ir, no me abandono.
Quisiera relajarme, gozar tu recuerdo, dejar a mi cuerpo responder
pero tengo miedo.

Mis dedos trazan círculos en el punto rojo de mi cuerpo
Y tu imagen aparece en mi mente
observo tus ojos, cuando cierro los mios
imagino tu verga
cuando mis dedos se deslizan
entrando, saliendo.

Mi corazón galopa, y a veces es dificil saber por qué
si es por la emoción,
si es por la adrenalina
si es por el amor
o si es por el miedo.

jueves, 3 de diciembre de 2009

sexo anal

Estoy intrigada. Quisiera saber mas acerca del placer de poseer a alguien a través del culo. Necesito que me digan si les gusta el sexo anal, que es exactamente lo que les gusta, que es lo que sienten o piensan cuando meten la verga ahi, o cuando son penetradas por un duro mastil por la retaguardia.
Me gustaría saber lo que piensan mis lectores de ésta práctica sexual.

martes, 1 de diciembre de 2009

entrevista a Petra Joy

Interesante entrevista en la cual Petra Joy nos plantea su visión del porno para mujeres. Ella plantea traer a los videos porno, la intimidad y la sensualidad. Cree que el porno ha comercializado a la mujer, en sus videos ella trae a la hembra al centro de atención, y muestra al acto sexual como una interacción entre seres humanos, en lugar de entre máquinas de follar. Cree que la mayoría de la pornografía está hecha por hombres y para hombres, ella siendo mujer hace pornografía para mujeres y parejas. Se centra en el placer femenino, en el que la mujer no está sirviendo sexualmente al hombre, sino recibiendo placer. La trata como una diosa, en lugar de como una prostituta. Cree que tanto mujeres como hombres le dan forward a las partes de una película porno donde hay diálogos de mas, y cree que es mejor concentrarse en ver a la pareja besarse, desnudarse, y observar los diferentes puntos de la excitación sexual en lugar de ver solo la penetración. Le gusta mostrar en sus videos a los orgasmos, pero cree que las tomas de la eyaculación están sobrevaluadas, que en cada video se espera ver esa toma de la eyaculación, como para probar que efectivamente el hombre estaba excitado. Ella prefiere enfocarse en el rostro del orgasmo femenino, o en todo el cuerpo durante el espasmo. Cree que estas tomas de eyaculación es como si un par de personas fueran interrumpidas de un fabuloso acto sexual, para separarlas durante el orgasmo, en lugar de mantenerlas unidas.
Siendo mujer coincido plenamente con sus puntos de vista.

viernes, 27 de noviembre de 2009

instrumento musical

Todavía envueltos por la bruma, por el frío del ambiente, por los fantasmas del sueño, nos encontramos.
Hay veces que nacemos perezosamente, que nos sentimos lentamente, que vamos despertando poco a poco.
Pero esta vez no es así. Despertamos rápidamente, tu con las manos sobre mis pechos, y tu erección entre mis nalgas.
Me encanta despertar así, con la certeza de que en breve vas a ocasionar resonancias en mi cuerpo. Me fascina saber, sentir que tienes la intención, que tienes un plan en mente, y que apenas empieza.

A veces pienso que la habilidad que tienes para tocar la guitarra, está relacionada con la habilidad que posees para arrancarme orgasmos. Tus mejores caricias las haces con los dedos. Alargas mis pezones, los frotas suavemente.

Me colocas boca abajo y me desnudas de la cintura para abajo. La contundencia de tu decisión, la insistencia en mantenerme en esa posición, eriza mi piel.

Tus yemas deslizándose sobre mi piel desnuda, tus palmas acariciando mi espalda baja, tus dedos colándose entre mis nalgas comenzaron a hacerme respirar pesadamente. Mi vulva comenzaba a latir, a derretirse, a licuarse.

Me gusta que te tomes tu tiempo para sentirme, lentamente y a la vez con decisión. Cada caricia en un lugar preciso, saturando mis sentidos definitivamente.

Envuelta en la oscuridad, mi mente comienza a cerrarse, a convertirse en un tunel, a concentrarse en las sensaciones.

Trato de voltearme pero no lo permites. Me tienes sujeta, abandonada a tus designios. Dedos en mi entrepierna, dedos en mis nalgas, suspiro, me impaciento, me pregunto cuando tocarás mis partes mas húmedas. Casi casualmente, y cuando no lo puedo resistir mas, tus dedos rozan mis labios pequeños, y mi cuerpo respinga. El placer me sorprende, cuando comienzas a frotarme, como solo tu sabes hacer, en pequeños círculos infinitos justo en donde mas me gusta.

Tu rostro está enfrente del mio, cuando levanto la cabeza y cazas mis labios al aire. Tu boca atrapa la mia, tu lengua me lame, recorre mi boca, levemente, pero a la vez con decisión. Suspiros sobre tu boca, tu pene se frota sobre mi costado.

Quiero voltearme, posar mi pecho sobre el tuyo, desnudarte, arrancarte la ropa, pero no lo permites. Suavemente me vuelves a colocar boca abajo, abres mis piernas un poco, y me sigues acariciando circularmente.

Es maravilloso sentirse en camino, saber que pronto explotaré, que sabes cómo hacerlo. Por el momento te concentras en el clítoris. Inesperadamente tus dedos se cuelan entre mis nalgas. Un dedo se desliza entre mis labios, patina y me estremece. La humedad resbala, me hace sentir frio sobre el coño. Un hilo que escurre, es tomado habilmente por tus dedos, y mientras me frotas con una mano por adelante, repartes humedad sobre mi culo suavemente.

Me inquieto, me vuelvo loca, trato de abrirme para que tus dedos entren en mi, en algún lado, en donde sea...
No puedo mas, necesito que me llenes, que algo penetre, y es entonces en que comienzo a sentir como los oídos zumban, mi vulva se abre, se aprieta, se convierte en olas que recorren mi espina, en una onda eléctrica enormemente placentera.

Pero no me sueltas, continúas acariciandome en medio de los espasmos, y tres de tus dedos se introducen suavemente en mi vagina, mientas el pulgar tantea mi culo. Finalmente lo hundes en mi también

La sensación maravillosa de sentirme llena por completo, me enloquece, me hace sentir que sigo en camino, que pronto, si continuas haciéndolo, volveré a explotar.

Ya casi llego a ese punto en el que la mujer pierde el nombre, y se convierte en hembra, y el placer llega a un momento álgido. Un solo pensamiento ronda mi mente, tus manos adentro de mi cuerpo, tu boca sobre la mía y la imagen de que soy solo un instrumento musical, del cual estás obteniendo una especie de melodía.

Tu mano se mueve, entra y sale de mi, pero nunca separas la otra del clítoris. Estoy pensando en lo bien que lo haces, en como se te ocurre hacer esas delicias cuando me siento venir nuevamente, mas intensamente, mas profundamente, mientras un gemido me ahoga.

Siento la vulva palpitando, la vagina contrayéndose, sujetando tus dedos, soltándolos rítmicamente.
Y es entonces que decides que ahora es tu turno, en que el cuerpo de tu mujer te pertenece, es tuyo y lo tomarás definitivamente. Me colocas en cuatro patas sobre la cama, y atrás de mi me observas. Tu polla se posa entre mis nalgas, rebota sobre mis genitales, tantea, se retuerce, chapotea sobre mi humedad.
Y suavemente me penetras, me abres, me tomas, me haces tuya, nuevamente, como toda la vida. Siento tus huevos chocando sobre mi cuerpo, tus manos apretando mis caderas, tu entrar y salir. Te mueres de gusto, te encanta, te dejas ir sobre mi cuerpo. Acaricias mi espalda y sujetas mis nalgas. Y comienzas a gemir, a suspirar, a vertirte en mi, a soltar tu fuerza en mis entrañas.

El sudor sobre nuestros cuerpos se enfría rápidamente. Estamos húmedos, empapados, goteando por todos lados. Nos tapas con la cobija, mientras me abrazas. La calidez de tu cuerpo me conforta, me relaja, me hace hundirme en el sueño, mientras siento tu respiración sobre mi cuello, y tus besos sobre mi espalda

viernes, 20 de noviembre de 2009

de muchas maneras

De muchas maneras es
y siempre me sorprende.

Yo se que el sueño
                      no es como la vida,
que imaginarte cerca
no es como tocarte.
pero
si el placer de extrañarte
es solo pasajero
¿somos más que la memoria
de los besos
que no dimos?

De un mar lejano y frio
donde la vida se confunde con el hielo
surge
     voluptuoso y tenso
                         el recuerdo
y soy morado
            hambriento
                     desbocado.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

a los lectores de mi blog

Hola querido lector.
Si, tu que vienes aqui, a veces por casualidad, a veces asiduamente. Tu que lees mis intimidades, mis deseos, mis sensaciones. Quiero pedirte un favor.
Necesito si es que lo has sufrido, que describas tus sentimientos cuando alguien que quieres muere.
Me gustaría saber que pensamientos cruzan por tu mente, que sientes, como afecta tu vida, tu trabajo, tus relaciones con lo demás. También quisiera saber por cuanto tiempo el dolor es muy grande, y si fuera posible, en cuanto tiempo volviste a ser tu mismo o tu misma.
Puedes escribirlo en los comentarios abajo, o enviarlo a mi correo electrónico.
Muchas Gracias por tu ayuda
Z

miércoles, 11 de noviembre de 2009

lo mas posible

¿Hoy te piensas masturbar lo mas que puedas viendo nuestros videos?

Me gusta pensar cómo es que eso sucederá, imagino el deseo creciendo dentro de ti, observándote a ti mismo en la imagen tocándome, sintiendo como te crece el pene, se para, se desarruga, se va llenando de sangre, se extiende, se levanta. Ese calor en la entrepierna que te impacienta cada vez más. Como la morada cabeza se hincha, brilla, se asemeja por instantes a una ciruela madura, jugosa, deliciosa.

Te imagino acariciándote, lamiendo tu mano, sintiendo como su fuera mi lengua, poniéndola sobre el tronco, sujetando con la otra tus huevos, masajeándolos suavemente. Ya estarás acostado en la cama, con la computadora al lado, viéndome en la pantalla decir, Ay guapo ya metémela por favor... y tu de pie atrás de mi, observándome, inundándose en tu mente las ansias de penetrarme. Esos breves segundos en que me miras, me escuchas rogándote : Múevete..., métela y sácala fuerte, si, si...

Imagino como tu verga palpita cuando un gemido brota de mi garganta al sentirme completamente llena de ti, hasta el fondo, ahogándome de placer, sintiendo como mis vísceras se van contigo, se funden, se acaloran.

Casi puedo sentir en mi los golpes de sangre que el borde de la cabeza provocan en la entrada de mi vagina al abrirse paso ese reborde suave, que me acaricia, que se mete insistentemente, como buscando alivio en mi vientre.

¿Cómo será lo mas posible?

¿Te masturbarás lentamente, deteniéndote, sintiendo como el orgasmo se aproxima, respirando, bajando el ritmo de tus acometidas, llegando justo antes del punto sin retorno, a esas pequeñas contracciones del pene antes de eyacular?

¿Lo harás muchas veces, como lo haces conmigo, antes de vertirte en mi, mientras yo me vengo descontroladamente una y otra vez?

¿O por el contrario, te tocarás rápidamente, dejando el deseo posesionarte de ti, velozmente, sintiéndote explotar en pocos minutos, como nunca te lo permito?

¿Cómo será, mi guapo? ¿Ya lo habrás hecho?

Me quejo de que solo me buscas para cogerme, y en días como hoy, me gusta pensar, bueno, no importa, aunque sea solo para eso...

domingo, 8 de noviembre de 2009

el jardín

Hoy lo he vuelto a recordar.
Y aunque no tiene relación con todo lo demás, siento la necesidad de plasmar ese instante.
El canto de los pájaros me lo recuerda, uno nunca creería que en medio de esta urbe de cemento existiera un refugio, un paraiso como aquel.
Esos recuerdos son como sensaciones unidas, a colores, olores y sonidos.
El cielo arriba, escondiéndose entre las ramas de los árboles, el pasto húmedo, mojándome la espalda. Podía estar horas así, escuchando a los pájaros, sintiendo el olor de la tierra, percibiendo mis sensaciones, tratando de escapar, de refugiarme, de convertirme en un ser del bosque, parte de ese paisaje.
Es como si quisiera fundirme con ese lugar, el único seguro en el mundo. Mi pequeño cuerpo, mi vestido sucio, con marcas verdes sobre las rodillas, los dos bolsillos al frente, flores bordadas encima. Flores rotas en mis bolsillos, las manos sucias de rascar la tierra, de hacer pasteles de lodo, de deslizarme por la barranca.
Nadie lo podría entender, ni siquiera yo misma. Ese mismo día, tenía que haberme desconectado de la realidad pocas horas antes.
Y tirada en la hierba, escuchando las aves, el ruido del agua corriendo en el río, el lodo en mis manos, mi vestido sucio, los rizos explotados en mi cabeza, intentando entender las sensaciones en mi alma infantil. Intentando olvidar.

Pero todo se quedó conectado, y cada vez que escucho los pájaros, que veo los columpios, que siento la hierba mojada, regreso al jardín, el lugar donde intentaba desconectarme.

lunes, 2 de noviembre de 2009

imágenes mentales



Es como si te hubiera visto dos días seguidos. Me la metiste en dos hoteles diferentes el mismo día.


-¡Cómo huele esta habitación a cigarro!
-Olía más en el elevador...
-Acabamos de vestirnos, y ya comienzas otra vez a desvestirme...
-Si, me encanta...

En dos segundos estás completamente desnudo. Miro como te libras de toda tu ropa rápidamente. Me invitas a acostarme junto a ti, y me desnudas nuevamente.

De lado nos besamos, nos tocamos, y tú acercas mi mano hacia tu pene. Por un segundo noto su suavidad, efímera, instantánea, y como rápidamente la pierde, crece, se yergue, la piel se estira, y las gruesas venas lo hacen ver aún más tenso, como si alguien soplara y se inflara.

Y ese pensamiento me da ideas...

Estás boca arriba y yo me coloco entre tus piernas. Ya el mástil apunta al cielo. Muy levemente, con la punta de la lengua toco tus testículos. La piel se contrae, se pega a los huevos. Se arruga, se estremece. Me doy vuelo lamiendo, chupando, succionándolos. Soltándolos con la boca, haciendo ruidos. Aún no toco tu verga. Tú me miras mientras gimes y te impacientas. Desde la base lamo tu polla, lento, suave, mirándote a los ojos. Llego a la punta, y chillas. Ese sonido me inspira, me da fuerza. Me hace sentir poderosa, dueña de tu placer. Con la lengua remojo toda la cabeza, le doy lengüetazos suaves, limpiándola, acariciándola, sorbiendo el jugo que sale por la grieta. Ya que está toda mojada, soplo, suavemente. Tu cuerpo se tensa, se revuelve, tu cabeza cae hacia atrás. Y me encanta mirarte, porque eso es solo el inicio...

Con una mano, aprieto tus huevos. La otra la mojo de saliva, y te acaricio el tronco, de arriba a abajo. Y con la boca succiono, lamo, acaricio la cabeza.

-Ay preciosa, eres una delicia, que bárbara... Espera, ahora quiero comerte yo, o no llegaremos muy lejos...Ven, acuéstate aquí, quiero verte.

Recuerdo cuando me daba vergüenza que me vieras así, que me abrieras las piernas, que mi vulva quedara completamente expuesta ante ti.

Y con los dedos, me acaricias, los hundes en mí, te remojas, te los chupas, y me frotas de mil maneras. Y yo siento como la vagina se abre, engorda, está a punto de explotar, se infla, se derrite de placer.

Y te miro, atareado, haciéndome gozar, mientras acaricio lo que alcanzo de ti. Te colocas a mi lado, y hundes la cara entre mis piernas. Me hueles, me aspiras, sorbes mis labios pequeños. Con la lengua recorres la abertura, y la mueves rápidamente sobre el clítoris. Yo cierro los ojos, y me concentro en mis sensaciones. Me voy, me dejo ir, y floto. Siento dos dedos dentro de mí, tu lengua moviéndose rápidamente, comiéndome como un manjar. Pero la parte que más me gusta es cuando apoyas toda la boca sobre mi vulva. De la misma manera como me besas la boca, me besas la vulva. Te siento como una especie de ser marítimo, pegajoso, suave, húmedo. Tu lengua entra a ratos, y cuando no, se concentra en mi clítoris.

Y yo siento que me vengo, exploto, la vagina se abre, se cierra, se aprieta en frente de tu cara. Los pezones se endurecen, y mi pecho gime sonoramente. Y poco a poco, tus caricias se hacen más suaves, y mis músculos se aflojan, se sueltan en un placer tranquilo, relajado. Me volteas a ver, y sonreímos, nos besamos ahora en la boca, y yo siento mi olor, mi sabor en tí.

Me abrazas, pero tu verga sigue tiesa, insistente, golpeando mi vientre.

-Ven guapo, tengo un pendiente contigo...

Tomo tu pene entre mis manos, me las ensalivo, y las aprieto alrededor, las subo, las bajo, alternadamente, aprieto la cabeza, me la remojo en la boca.

-¿Conoces a Erika Lust?
-No, ¿Quién es?
-Es una mujer que dirige películas porno, con gusto para mujeres
-mmm
-Acabo de ver un corto, ¿te lo cuento?
-Aja...

(Tu verga esta como piedra, y jadeas maravillosamente)

-Pues todo empieza en un bar, está una pareja en la cual la mujer está escuchando a un tipo aburrido. Y ella se da cuenta de que entra una pareja elegante, el de traje, ella cubierta con un abrigo de pieles...
-Si... (Tratas de escucharme, mientras mis manos suben y bajan sobre tu pene, y yo me las relamo, y por segundos me meto la cabeza en la boca).
-Entonces el hombre le quita el abrigo a la mujer, y la aburrida se da cuenta de que sobre el elegante vestido largo, tiene las manos sujetas por atrás con unas esposas. La pareja se sienta mientras la otra mujer no deja de mirarlos...
-Y qué mas... (Por segundos cierras los ojos, y suspiras, sintiendo mis manos haciendo su trabajo sobre tu polla)
-El le dice cosas al oído, le da de beber en la boca, le da a fumar, la besa. La mujer aburrida, se muere de morbo. Se pone de pie para verlos mejor, y de paso se mete al baño. Ellos se acercan al baño de junto. La mujer elegante ya tiene el vestido abierto por atrás, y tiene las nalgas al aire y un maravilloso tatuaje. La aburrida se está dando la agasajada de la vida, mirándolos, sin que ellos se den cuenta.


-...y que mas (creo que las imágenes en tu mente, están surtiendo efecto, además de mis manos que no te sueltan)

Me meto a la boca tu polla, y por segundos la suelto...

-Pues que ella se arrodilla en frente de él, y él se saca el pene, y ella empieza a comérselo...
-..... Ah, así como tu...
-Mas o menos... mientras la aburrida los mira...
..Después el hombre le da la vuelta, y su culo magnífico aparece en escena, y el hombre la penetra por atrás, se muere de gusto. La música es maravillosa, la escena también...
- Uffff.....

Te miro y veo la escena en tu mente, en tus ojos muriéndose de placer, en tu polla a punto de explotar, en los movimientos de todo tu cuerpo.

-¿Y sabes qué pasa luego?... ¡Suena el teléfono de ella! Es el hombre aburrido con el que vino al bar. En ese momento la pareja se da cuenta de que están siendo observados...
-Y que, ¿la invitan a unirse a ellos?
-jajajajaja ¡NO! Eso es lo que pasaría en una película pornográfica exclusiva para hombres... En ésta solo se nota la vergüenza de los tres...
-¿Y cómo acaba?
-Ahí acaba.
-Ahora méteme en tu boca por favor....

Estás enloquecido, enfebrecido, muerto de deseo de eyacular. Por un segundo me asusto de verte en ese estado, completamente excitado.

Me miras, y te veo. Te miro a los ojos, cuando tu semen empieza a brotar, y separo la boca, y los chorros caen dentro de ella, en mi lengua, me relamo, y vuelvo a meter la cabeza en mi boca. La beso, mientras gimes, y todo tu cuerpo está cubierto de sudor. Aún no pierdes la firmeza, y decididamente, me siento sobre ti, y me introduzco tu verga de un tirón, en la vagina.

Me muero de gusto, de sentirte recién venido, adentro de mí, pasan los minutos, no nos movemos, y aún sigues duro. Siento tu cuerpo empapado, abajo del mío, y te beso y me besas.

Y eso es solo la segunda parte del día.

viernes, 30 de octubre de 2009

Solo un momento



-Estás helada...
-Calíéntame, guapo
-Ven, bésame.

Un golpeteo insistente sobre mi abdomen, me inquieta, me excita.

-Me encanta sentir tu verga pegándome así, pidiendo atención, diciendo "Aquí estoy".
- Es que está pidiendo a gritos que la meta en algún lugar...
-¿En dónde la quieres meter?
-Ahorita que te desnude, te digo...

No te pienso ayudar para quitarme la ropa.

Tu piel morena, velluda, me invita a quedar en igualdad de circunstancias. Me sientas sobre tí. Me besas. Me encanta que me comas la boca, con ganas de acabártela. Como si fuera una fruta. Observas el símbolo del frente de mi camiseta, y la deslizas hacia arriba. A media luz, el sol apenas va asomando en el horizonte. Imagino que mi blanca piel deslumbra en comparación con el negro sostén. Tus manos cubren mis senos, los presionan, los pellizcan. Lo desabrochas por atrás y me miras.

-Eres tan preciosa, te veo imponente, perfecta, tan hermosa...

Tus manos se concentran en mis pezones, los acarician suavemente. Y yo te miro, montada sobre ti, a los ojos. Te escucho respirar agitadamente. Pareces un alfarero amasando el barro, formando una escultura, frotando mi piel erizada.

Tu pene es una barra rígida presionando sobre la tela de mis pantalones, abajo de mi vulva hinchada, cubierta de tela.

Desabrochas mi cinturón y mis pantalones.

-Preciosa, aléjate y quitate la ropa, quiero verte.

De pie sobre la cama termino de desnudarme. Tu me miras desde abajo. La perspectiva me llena de montes, de valles, desde abajo observas mis nalgas, mis tetas, mi tanga negra de encaje.

-No sabes cuanto te deseo...cuanto me encantas.

Encima de ti, de pie, coloco mis pies a cada lado de tu cabeza. Tu miras mi vulva hinchada abajo del encaje. Una gota de humedad oscurece la tela.

-Ven, acuéstate sobre mi

Me siento sobre tu pene, erguido y brillante, colocando mi vulva suave y caliente, aún vestida, encima de el.
Me tomas del cuello, me acercas hacia ti. Mis pezones rozan suavemente los vellos de tu pecho. Yo me doy gusto moviéndolos de lado a lado sobre ti, trazando caminos sobre tu torso.
Cierras los ojos y gimes al contacto de mi piel con la tuya.

-Me vas a volver loco

Te beso, me besas, nuestras lenguas se abrazan. Se reconocen, se recuerdan, nuestros labios chocan. Tu acaricias mi espalda, me pides que meta la lengua en tu boca. La succionas con decisión, y yo siento golpes de sangre en el coño.

-¿Y si te la meto solo un segundo, antes de irnos?

Yo dudo, no respondo, no hago nada. Solo siento el gusto, el placer de los escalofríos que tu cuerpo desnudo ocasionan al contacto del mio.

Tomas mi tanga y definitivamente la haces a un lado. La sostienes con los dedos, ya no hay nada que nos separe.

Mi humedad te cubre, tu pene se baña de mi jugo. Yo me recocijo sintiendo con los labios delgados su triangular contorno, el grueso tubo central.
Te estás muriendo por meterla, pero yo no hago nada. Me elevo unos centímetros, y tu verga se separa de tu abdomen. Se yergue insistentemente, tratando de alcanzarme. Me hago un pelito para adelante, y tu negra ciruela se posa, muy suavemente entre mis labios.

Tan solo un empujón tuyo y estarías dentro de mi. Tan solo un sentón mío y entrarías limpiamente. Pero me estoy retrasando el placer lo mas posible, gozando tu impaciencia, observando el deseo que te consume, escuchándote jadear, mirando tus oscuros ojos, que no se separan de los mios. Esa mirada que me hechiza desde hace tantos años.

Me vuelvo a sentar sobre tu pene, y se vuelve a pegar a tu abdomen. Y comienzo a mover la cadera hacia adelante, hacia atrás, masturbándome con tu cuerpo, frotándome el clítoris con tu verga tan tiesa que parece de madera.

Con ambas manos, detienes mi vaivén. Sujetas mis caderas, y las elevas. Colocas la polla en la entrada de mi vagina y muy suavemente, muy lentamente, me mueves hacia abajo, entras en mi. Me encanta saborear esos segundos, sentir la suave cabeza, tiesa por dentro, como me abre, como se desliza, como encuentra su lugar.

-Solo un segundo, ahorita la saco. No te muevas.

No estamos haciendo nada. Solo nos miramos, escuchando nuestras respiraciones. Nuestros ojos no se separan, nuestros pechos suben y bajan.

Yo siento que me quemo. El deseo por moverme se hace casi insoportable. Toda mi piel se eriza, en olas que recorren mis extremidades. Tu gimes, mientras me observas.

Yo sentada sobre ti, tu adentro de mi. Quisiera que ese instante se helara. Que un hechizo nos inmovilizara, y nos dejara de esa manera para siempre.

lunes, 12 de octubre de 2009

dos dias



Dos días faltan para que llegues. Y desde hace muchos te espero. Mi piel te extraña, mi sangre te desea. Mi mente no te deja fuera.

-Preciosa en unos días sabré si te voy a ver a México. No sabes las ganas que tengo de metértela... y metértela y metértela...
Es divertido lo que una frase escrita a través del messenger puede ocasionar en el cuerpo de otra persona.
-uff, de solo pensarlo, mi vulva se hincha y se moja.
-Y yo tengo una erección de locos, ¿como la disimularé en la reunión a la que estoy a punto de entrar?
-Piensa en florecitas y peces...jajaja
-Le mando todos los besos del mundo a tu vulva gorda y golosa, no sabes cuanto quisiera comérmela ya!!!

Toda esta anticipación me vuelve loca. Tu presencia me invade, se entromete en mis actividades. Como un fantasma entras en mi cuerpo, y lo posees, mucho tiempo antes de que llegues.

Te envío un mensaje cuando sé que estás absorto en tu trabajo:

Lo que estoy haciendo ahora mismo: Guapo, te cuento que estoy jalandome los pezoncitos con el índice y el pulgar. Y con la otra mano, mojo mi dedo medio en la boca, y me estoy acariciando el clítoris, suavecito, imaginando que es tu lengua

Tu respuesta no se hace esperar:

Preciosa!!!!!!!!!!!
¿¿Cómo me cuentas eso así nada más?? ¿Sabes que me gustaría hacer mientras tu haces eso? Me gustaría meter mi dedo en tu vagina y sacar el jugo que emite cuando estás caliente para comérmelo... como si fueras un tarro de miel... mientras te veo y me masturbo...

Entras en mi cabeza, en medio de mis actividades. Mi cuerpo te extraña, mi boca te anhela. Y no puedo esperar a encontrar el momento de poseerte en mi mente. Viendo los videos de hace mas de un año, me doy cuenta de la diferencia en nuestra forma de amarnos. La vergüenza de entonces de mostrarme desnuda ante ti, de venirme en tu cara. Y el contraste del descaro con el que me observas y exhibo mi cuerpo ante ti, y el gozo de nuestras sesiones de sexo oral. Se podría comparar al modo en que se aman dos adolescentes, y al placer de dos amantes experimentados, ese conocimiento que se ha ido construyendo a base de de irnos encontrando, practicando, explorando, atreviéndonos, para lograr el erotismo sublime que hay entre nosotros. A veces observo a las personas alrededor de mi, y me siento afortunada. Creo que pocas han encontrado ese amor en la vida.

Y todo esto me lleva a pensar en que si nuestros sentimientos han cambiado tanto durante un año, pueden seguir por el mismo camino. Es inquietante imaginar lo que podría pensar en un año de los videos de hace un mes. Es posible que nuestros momentos mas felices estén sucediendo ahora mismo, y que en un tiempo todo sea diferente.

Tu te sientes desgarrado, yo me siento igual. Sin embargo la tranquilidad de que estamos lejos, nos impide cometer una locura.

Y mientras tanto, te espero, y solo son dos días en que me encontraré nuevamente en tus brazos.

martes, 6 de octubre de 2009

ojos verdes

OJOS VERDES


Apoyá en el quicio de la mancebía,
miraba encenderse la noche de Mayo.
Pasaban los hombres
y yo sonreía,
hasta que en mi puerta paraste el caballo.

Serrana me das candela
y yo te dije gaché.
Ay ven
y tómame mis labios
y yo fuego te daré.
Dejaste el caballo
y lumbre te dí
y fueron dos verdes luceros de Mayo tus ojos pa' mí.

Ojos verdes,
verdes como,
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón

Ojos verdes, verdes
con brillo de faca
que se han clavaito en mi corazón

Pa mí ya no hay soles,
lucero, ni luna,
No hay más que unos ojos que mi vida son.

Ojos verdes, verdes como
la albahaca.
Verdes como el trigo verde
y el verde, verde limón.

Vimos desde el cuarto despertar el día,
y sonar el alba en la torre la vela.
Dejaste mi brazo cuando amanecía
y en mi boca un gusto a menta y canela.

Serrana para un vestido yo te quiero regalar.
Yo te dije está cumplio,
no me tienes que dar ná.
Subiste al caballo
te fuiste de mí,
y nunca otra noche
mas bella de Mayo he vuelto a vivir.

sábado, 3 de octubre de 2009

Me encantaría



Me encantaría detener el tiempo por unos dias y pasarlos a tu lado... amándote cada segundo de ellos

lunes, 21 de septiembre de 2009

otra vez


Como si fuera parte de un sueño, estoy en tus brazos. Casi desnudos, yo recién bañada, tu sazonado en tu aroma. Percibo tu olor, ese olor peculiar, particular, que solo tu tienes. Fuerte, varonil, a madera. Me encanta el aroma de tu cuerpo, porque lo relaciono con sexo. Te relaciono con sexo, hemos hecho pocas cosas en la vida juntos además de eso. Esa fragancia que encuentro sobre tu pecho, en tus testículos, en las axilas.
Y como parte de un sueño nos reencontramos. Nuestros cuerpos nadan, nuestras manos nos recorren, nos sumergimos en ese mar de lujuria, en esa ansia por sentirnos. Nos besamos, mientras siento como tomas mi tanga y la haces a un lado
-¿...ya tan pronto me la vas a meter?...
-...si
-bueno, entonces deja que me desnude por completo, quiero sentirte con todo mi cuerpo.

Estoy sobre ti, y tu adentro de mi, convertida en almeja. Me imagino como un montoncito de mujer, abierta, reconociéndote desde adentro.
Y tu me besas la boca, profundamente, sujetas mi cuello, lo acercas hacia ti, siento como entras, por arriba, por abajo a la vez, y eso me excita, hace mi vagina engordar y licuarse. Siento que puedo venirme, con tu lengua en mi garganta y tu pene en mi cervix. Tomas mis pechos en tus manos, los juntas, los observas. Los recorres de la base a la punta. Me la metes lentamente, como reconociendo el terreno, sin prisa, recordándome, tratando de convertirte en mi. Tu tienes ganas de cogerme con tranquilidad, suavemente, pero yo estoy impaciente. Yo quiero venirme, necesito moverme, cabalgar, agitarme, explotar.

-Guapo, ¿te importa si me vengo?
- ¡No!...

Y agito las caderas, de adelante hacia atrás, siento tu pene adentro, quemándome. Pasan los minutos, estoy cerca. Mi cara se pone roja, mis músculos se tensan. El corazón me da vueltas y un relámpago que entra por la espalda me fulmina. Y me desplomo sobre ti, jadeando, mientras me dices que te encanta que me venga. No te lo digo, pero tu comentario me sorprende. Entiendo entonces que es algo que reconoces en mi.

-Vamos a poner la cámara. Ponla aqui, ¿ya la encendiste?
-¡No te he comido!
-¡Ya te veniste y no me has comido, que esperas!
-¡Pues es que no he entrado por esa puerta y ya me la estás metiendo!, jugamos entre risas.

Estamos en una clase de sexo oral. Tengo preguntas para ti. Lo he hecho mil veces, y todavía tengo dudas.
-¿Te gusta más si entra y sale, o  si solo te toco con la lengua? Te pregunto mientras me meto tu verga en la boca, cierro los labios y muevo la lengua adentro acariciándote
-Uff se siente delicioso
-pero no podrías venirte si solo hago eso, ¿verdad?
-¡...Quien sabe!
-Que sientes cuando succiono?
-A ver.......mmmmm..... riquísimo
-Que es mejor, si te acaricio con la mano, o con la mano y la boca
-Con TODO...  mmm... A ver métetela lo mas que puedas para que vea cuanto te cabe...
-A ver hasta el paladar
-Mmm... que rico, es la mitad lo que te cabe, verdad?
-Si.
-Me gustaría venirme en tu boca pero que se vea cuando está saliendo...
-A ver, no entiendo, ¿por qué en los videos pornográficos cuando los hombres están cogiendo se la sacan y se vienen afuera? A mi me pasa que si estoy a punto de venirme y se sale es HORRIBLE, y me imagino que eso es parecido. ¿No se les corta la sensación?
-Supongo que hay un poco de eso, pero si estás moviendo la mano, sigue la sensación. Es super excitante ver como sale el semen.
-Ok Profesor, ¡pero no sale a chorro!
-Por eso a veces se ponen arriba, para que caiga desde arriba.
-¿Quieres venirte así?
-Si, pero todavía no, te la quiero meter otra vez, quiero que te vengas mas...
-...Estaba deseando que me dijeras que todavía me la ibas a meter otro rato. Porque se me está poniendo super gorda y me está latiendo...
-Que prefieres, que te la meta ahorita o que te coma?
-....que terrible dilema, ¿que prefieres tu?.... ya sé, ¡cómeme!

Me pones sobre ti, en un 69. Me introduzco tu pene en la boca, y lo sacas. Con la lengua acaricias mi vulva que queda en frente de tu cara. La sensación de suavidad y fluidez me convulsiona. Brinco cuando siento tu boca moviéndose. No estás afeitado, y los pelitos me pican. Pero no impiden que gima, que me vuelva loca, que me estremezca. De hecho creo que ayudan a impacientarme. Esa picazón necia aunada al placer más sublime. Agitas la lengua, me acaricias el cítoris. Me sorbes como si fuera un helado. Y yo no puedo mas, me vengo en tu cara. Me abrazas, sujetas mis nalgas. Las amasas, las detienes.

-A ver preciosa, ven para aca... Me pones en cuatro patas sobre la cama. Me abres mucho las piernas. Me observas desde atrás. No me tocas.
Yo brinco, agito las nalgas con impaciencia,
-Ay guapo, ¡ya! ¡métemela ya!
 También tu las abres mucho y entras en mi desde atrás. Primero lento, luego rápido
Te mueves, entras y sales,
Y yo me froto con los dedos el clítoris, presiono con la mano para sentir tu polla.
Y empieza nuevamente la escalada.

-Preciosa, como puedes ser tan deliciosaaa, como puedes ser tan ricaaaa...
Siento tus huevos chocando en mi vulva, mis nalgas rebotando ante tus embestidas, y mi vagina empieza a abrirse y cerrarse violentamente, me estoy viniendo sobre tu pene.
-Ahhhhh ¡¡que haces, que haces, que ricoooo!!
-....mhhh, Guapo, viniéndome...

Detienes la velocidad, gimes, de manera aguda.

-No sabes cuanto me gustas, cuanto me gustas...no tienes una idea...dices con una voz trasformada.
Te escucho mientras me contraigo, sin moverme.

-Cierra las piernas, y pon la cabeza sobre la almohada
Obediente, me coloco, y me dices: Ahi quédate, quiero verte.
Me imagino a mi misma como un pedestal, con mis partes privadas al aire, erguidas, expuestas, siendo observadas por ti desde atrás. Solo te escucho jadear.

Y vuelves a entrar, pero casi de inmediato te detienes. Yo siento la imperiosa necesidad de que me llenes, de que te frotes en mi

-¡Guapo muévete!

-Espera, espera, no te muevas, estoy a punto de venirme...Ah, ya no vamos a poder mas...

Yo te espero, pero después de unos segundos, la necesidad me apremia, así que me hago para atrás metiéndomela y sacándola yo sola.

-Me encanta que te la metas asi...tu sola

Te haces para atrás y te sales por completo.

-Te la meneas dos veces más y te vienes....jajajaja te digo.

Estás hincado sobre la cama, la verga morada a punto de reventar, de explotar literalmente, y yo rápidamente me acuesto sobre la espalda, me pongo una almohada abajo de la cadera y apunto mis genitales hacia ti.

-¿Que quieres?
-Que me la metas
-¿Otra vez?
-Si...
-¿Cuantas veces más te vas a venir?
- No se...
-eres una aprovechada
-Guapo, es que casi no te veo... mmm
Tu pene está frotando mi vulva. Se mete por segundos y se vuelve a salir. Se remoja en mis jugos. Tu lo sostienes firmemente, mientras agito la pelvis de arriba a abajo.

Te subes sobre mi, siento la punta de tu pene en la entrada. Me miras fijamente, son cinco segundos, en que me observas muerta de deseo.

Y me la metes, lentamente, hasta el fondo. Te mueves sobre mi, y yo cierro los ojos, tu me besas y yo jadeo entre tus labios. Ya no te puedo besar, mis puños se aprietan.

-Así guapo, así métemela, me gusta mucho, así...

-¿Así?... Empiezas a moverte a una velocidad vertiginosa,  yo aprieto los ojos,  y me vengo, nuevamente, otra vez, abrazándote, con los brazos, con las piernas, con la vagina.

Floto en esa tierra que está en otra dimensión, en la que nos encontramos con otro ser y nos convertimos en uno, esos segundos que pareciera fueran el motivo por el cual estamos en esta tierra.

Te sales de mi y te colocas a la altura de mi cara. Y yo te chupo, te como, te froto con las manos. Mi saliva hace ruidos, y tu estás transformado. Miro tu cara, tu mirada vacía está en otro mundo.

-Ya, me vengo.

Suelto mis labios un segundo, y tu semen brota, me baña la cara, la boca, la cama, sale volando, en chorros gruesos. Me lo meto en la boca, y gimes, te sacudes, jadeas.

-¿No que no salía volando?...
-Jajajajajaja ¡¡¡estoy batida!!!!

Te acercas a la cámara de video para apagarla
-¡Uff fueron 40 minutos!
-¡Se dicen rápido!

viernes, 4 de septiembre de 2009

agua

Disimuladamente me miras.Cuando según tú no me doy cuenta, me ves. Me devoras con la mirada mientras camino descaradamente al lado de la alberca casi desnuda. Mis nalgas rebotan mientras voy andando entre los camastros. Algunos de los demás competidores del triatlón reciente, escapados de la ciudad, refugiándose al lado de la playa y agotados por el esfuerzo, también me miran. En la mayoría son hombres, tienen números escritos en el cuerpo. Yo también te observo. Sé lo que piensas. Me coloco frente a tí mientras froto mi cuerpo con crema bloqueadora para el sol. Meto las manos adentro del sujetador para embarrarme bien. Siento la suavidad de mis senos y como las manos resbalan sobre ellos. Me embadurno las nalgas con crema, para no quemarme, una para arriba, la otra para abajo. Recorro mis piernas, mi cintura, lo que alcanzo de la espalda. Todo esto lo hago a propósito, despacito, viendo como tu pene crece abajo del traje de baño. No puedo evitar la tentación de darte la espalda, y lo más cerca posible de ti, agacharme hacia adelante, para recoger las sandalias. Mi vulva queda en frente de ti, casi se puede aspirar su aroma excitado.
Me meto en la alberca, tu me ves desde el camastro.
Me sambuyo, desaparezco bajo el agua. Reaparezco nuevamente, me salgo. Gotitas de agua se deslizan por mi cuerpo, me acarician, el sol las hace desaparecer rápidamente.
Me acuesto en el camastro contiguo.
-Es raro encontrar tantos hombres deportistas a la vez, y poder gozar este espectáculo de gimnasio... Te digo mientras una punzada de celos te recorre la espalda.
Sabes que los estoy viendo, sus piernas elásticas, sus vientres apretados, sus músculos marcandose bajo la piel. Y sabes lo que mi mente libidinosa esta imaginando.
-Ven, vamos a la alberca, me dices.
Mis brazos rodean tu cuello, se posan sobre tus hombros. Y tu me aprietas hacia ti. Mi cuerpo flota abajo del agua. Te abrazo también con las piernas, y nuestros sexos abajo de la ropa se encuentran, abajo del agua, donde nadie lo nota. Casi se puede sentir su calidez, rodeada por el agua tibia.
Nos miramos sin hablar. Pensamos lo que haremos en unas horas, cuando estemos a solas en la habitación.

jueves, 27 de agosto de 2009

te miro temblando


Temblando voy en el auto. Tratando de respirar tranquilamente, de contener los suspiros, de relajar esa tensión que me oprime el pecho.
Mi corazón desbocado, no puede ocultar la emoción. Estoy en camino, voy hacia ti.
Llego al hotel, y estaciono. Tomo mi bolso, y me dirijo al 304, donde me esperas. Es muy temprano, apenas empieza el día.
Me recibes recién bañado, enrebozado en una bata de toalla, y en cuanto entro a la habitación me abrazas, me estrechas, te sujetas de mis nalgas y hundes la lengua en mi boca.
¡¿Hola Preciosa, cómo estás?!. Me abrazo de tu cuello, aspirando tu aroma, sintiendo tu corazón latiendo sobre el mío y tu pene erguido asomándose por arriba de tu calzón, entre la bata abierta y mi abdomen.

-¿Bien y tu?.
-Mas o menos, mi papá sigue muy grave...
-Lo siento, guapo...

Nuevamente me abrazas y me besas.

Mientras lavo la fruta que traje, y platicamos, tu te colocas en el sillón, semidesnudo. Me miras y me acerco, y me siento entre tus piernas. Te desnudo por completo, observando tu erección, y tu rostro detrás, tu pene en medio de tus ojos, respirando agitadamente. Todos tus músculos se tensan y te contorsionas, cuando mi lengua se posa sobre tu frenillo. Muy levemente, te toco con la boca, te hago cosquillas con la lengua, que recorre suavemente la cabeza, en círculos, mientras te veo a los ojos. Tu pene parece explotar. No puede apuntar mas hacia arriba. Por unos segundos lo observo, notando las gruesas venas y el impresionante grosor.

-Guapo, ¡todavía no le hago nada y ve como está!... te digo mientras echas la cabeza para atrás y suspiras.

Te lamo, te chupo, te sujeto de los huevos. Succiono intentando acomodar la gruesa cabeza sobre mi paladar. No cabes, la ciruela no me cabe completa en el techo de la boca. Con la lengua hago un masaje sobre el frenillo, tu gimes, jadeas, te mueves. Estamos asi un rato, tu verga danzando en mis labios, entrando y saliendo, haciendo ruidos acuáticos. Empiezo a desnudarme y me pides que me aleje, que me desnude frente a ti. Me quito la ropa, excepto la lencería,
y me miras
y me vuelvo a sentar entre tus piernas. Metes la mano adentro del brasier, jalando mis pezones, mientras yo me lo quito, y coloco tu pene entre mis senos, apretándolo, mientras me lo introduzco en la boca. Adelantas la cadera, hacia arriba, hacia abajo, mientras suspiras.

-Preciosa, ahora siéntate tú, me toca comerte...

Sonrío, anticipando el placer que me espera. Y quedo completamente desnuda.

Ahora tu estas entre mis piernas, colocas un cojín bajo mis caderas. Casi sin tocarme, de la manera mas leve posible, tu lengua me toca de abajo hacia arriba. Observo los hilos que se forman con mi humedad. Estoy goteando, muriéndome de deseo, de impaciencia. Soplas sobre mi vulva, siento tu aliento cálido estremeciéndome, casi no me tocas. Me besas los muslos, pero tu lengua no se posa en mis labios. El deseo me consume, me hace temblar. Y tiemblo mientras te miro.

-Guapo, tócame, YA!
mis manos agitadas intentan acercar tu cabeza hacia mi. Y me lames, lentamente, siento esa suavidad sobre mi sexo, ese humedad que se confunde con la mia. Y me miras, me ves a los ojos, besando mis partes más íntimas, introduciendo tus dedos, a la vez que succionas mi clitoris.

Siento un cosquilleo sobre los muslos, en la entrepierna, un agradable calor que finalmente explota en mil colores, me agito, me revuelvo, mientras tu me sujetas con las manos y no separas tu boca de mi sexo.
Me abrazas, me esperas, me contienes mientras regreso a la realidad.

Guapo, ven, bésame...

Sobre el sillón, me besas, siento mi sabor en tu boca, y tu pene tanteando sobre mi vulva. Decididamente entras en mi, lenta, profunda, amorosamente.

Precioso, ven, prestame tu mano, pon tu dedo justo aquí.

Tu pulgar roza suavemente mi clitoris, mientras me coges, me la metes, me la sacas, entras y sales rítmicamente.

Ya casi me estoy escurriendo del sofá, entonces me tomas de la cintura, te sientas a mi lado, y me montas sobre tí. Mis pechos quedan justo en frente de tu boca, y como un bebé, te prendes, los besas, los succionas, los lames.

Y yo, temblando, siento como me sujetas de las nalgas, las haces hacia arriba, hacia abajo, de manera salvaje, me penetras como una bestia, y yo te miro, te veo a los ojos, te pido, no dejes de verme, me miro en ti, mírame, mírame guapo, mientras me vengo, me voy, otra vez...abrázame fuerte...

-Preciosa eres deliciosa...ven, vamos a la cama...pero primero cómeme mas...

Y me levanto y me coloco otra vez entre tus piermas, y veo otra vez tu morada espada, entumecida, brillosa de mis jugos, y vuelvo a percibir otra vez mi sabor en ti. Y no te suelto, te devoro, succiono con fuerza, entras y sales, y se que pronto te vendrás, así que te suelto inesperadamente. Me volteas a ver desconcertadamente, jadeando

-Para que veas lo que se siente...jajaja

-...Vamos a la cama.


Nos acostamos de lado, tu atrás de mi, vuelves a entrar, en mi, desde atrás, pero de lado también, y te chupas los dedos, y comienzas a hacer círculos en mi clítoris, mientras me tocas, recorres mi cuerpo, mi seno en tu boca, y me ves, me observas, me miras. Y yo te miro, y tiemblo, te abrazo, y me pregunto qué es esto, como es posible sentir tanto placer, tanto en tan poco tiempo. Y te colocas abajo de mi, mientras yo te doy la espalda, y desde abajo entras en mi. Mis nalgas se aprietan sobre tu abdomen, y con las manos recorres mi cuerpo, de arriba a abajo, acaricias mis pechos, recorres mi cintura, tocas mis nalgas, me gozas, disfrutas sintiéndome.

-Preciosa, siento tu cuerpo delicado, suave, esbelto, y tus nalgas deliciosas sobre mi, eres solo nalgas y senos, preciosa, te quiero... ¿que quieres ahora?

-Quiero que te subas sobre mi, y que entres otra vez...

Y me abres, las piernas, la vulva, con tu verga, entras,
y yo te miro
temblando

No desviamos la mirada, no dejas de verme, solo somos una hembra, un macho, convertidos en uno, buscándonos mutuamente, uno adentro del otro.
Y me buscas, me encuentras, tu hueso pélvico frota mi clítoris, apretadamente, siento tus pelos en los míos, y tus ojos en los míos, y nos vemos. No quiero dejar de verte, nunca, verte mientras me corro, otra vez, intento verte pero el orgasmo cierra mis ojos, los rueda hacia atrás.
Quiero verte, temblando, no puedo abrir los ojos.

Pero los abro, y tu sigues buscándote en mi, y sigues mirándome, fíjamente, de un modo como nadie me ha visto.

Y me encuentras, te encuentras en mi, Preciosa, me vengo....ahhhh
No cierras los ojos, no dejas de verme.

Y yo te miro temblando.

martes, 18 de agosto de 2009

¿Cuál es?


Nadie creería que las dos viven en el mismo cuerpo. A veces yo misma las confundo. Ellas son amigas, pero no les gusta saludarse en público. En la intimidad, saben que son hermanas del mismo dolor. En la oscuridad se abrazan. Se cuestionan la una a la otra. Se platican sus penas. Se besan en los labios.

En la luz, se niegan mutuamente. Caminan separadas. No se voltean a ver.

Una es una señora normal. Tiene treintaitantos. Está casada, tiene varios hijos. Tiene un trabajo que le permite atender personalmente a sus hijos. Es un poco rara, porque pierde mucho tiempo en un trabajo voluntario que le da mucha satisfacción personal, pero le impide hacer todo lo que quisiera. Hace las camas, lleva los niños al colegio, les hace la comida. En su trabajo, disfruta mucho el contacto con los jovencitos. En la noche, hace la cena, habla con su esposo. Recibe muchas llamadas por teléfono al día. Vive en una sociedad con poco criterio, rodeada de parejas iguales a la suya.

La otra también es normal. No es una señora en el sentido mas extenso de la palabra. En realidad es una zorra. Pero en buen sentido. A veces le da risa que duden llamarla zorra, porque ella está encariñada con esa imagen. Vive en ese cuerpo, que algunos intuyen sensual. Sabe que hay más, porque lo ha probado. Durante el día, los pensamientos eróticos invaden su mente. No lo puede evitar. Mira a los hombres, y desea algunos. El coño le late, mientras imagina la verga caliente de ese moreno que vió en la calle. Cuando está sola, se desnuda. Se rodea de imágenes de cuerpos danzando, calientes, follando. A veces las imágenes están fuera de ella, a veces adentro. Se procura el orgasmo de manera pródiga, una vez, otra más, y si hay tiempo, aún mas.
Escribe, a cuanto quiera leer, sus más grandes intimidades. Habla de sus órganos reproductivos como si fueran sus amigos.
Se escapa, se fuga, con el hombre que más desean sus entrañas.

Nadie creería que son la misma persona, a veces yo misma las confundo.

¿Por que no pueden coexistir, por qué no pueden salir del closet, tomadas de la mano?

¿Cuál soy en realidad?

viernes, 14 de agosto de 2009

yo también te extraño



Yo también te extraño. Ayer justamente estaba pensando en qué opinarías del lugar donde vivo y en lo mucho que me gustaría que lo vieras. Imaginaba que tu siguiente congreso era aquí y pasabamos unos días juntos, felices, paseando de la mano y llenándonos de placer de todas las maneras posibles... en todas las esquinas de esta ciudad maravillosa.


Yo también te extraño.
Extraño tu cuerpo delicado y las maravillas que hace.
Extraño tus nalgas cabalgando sobre mi.
Tu boca hambrienta.
Tu vulva húmeda, muy húmeda que se llena de mi y me derrite.
Extraño el sonido intenso de nuestro amor.
El olor, el sabor de tu sexo.
Extraño sentir que mueres de placer en mis brazos.
Extraño el orgasmo, la intensidad del orgasmo al que me llevas... cuando siento que me voy a morir viniéndome en ti... y quiero hacerlo por horas.

Yo también te extraño.

sábado, 8 de agosto de 2009

costado

domingo, 26 de julio de 2009

ansiedad

-Preciosa, cada día me la chupas mas rico, me muero por venirmeeee

-todavía no...

-eres una avorazada.

-y que esperabas, estás besándome delicioso en la oscuridad, estás recién bañado, afeitado, con un calzón apretado que muestra tu enorme paquete. Estás restregando tu verga en mi cuerpo, la siento en mi abdomen, en mis piernas, siento tu boca succionando mis labios, estás frotando tus manos sobre mi camisón de seda, estás amasándome las chichis, lamiéndome los pezones, ¿y todavía querías que te la chupara primero? Guapo, no soy de piedra... Y no te vas a venir hasta que te pongas encima de mi, me separes las piernas y sienta como me perforas con tu negra espada.

-....muero por venirme, ahhhhhh casi me vengo....

-te prometo que la siguiente, te vienes como quieras...

- no se que me gusta más, metértela o ver lo que te encanta que te la meta. Me encanta como te vienes...

-a mi me encanta más...

viernes, 24 de julio de 2009

pezones


lunes, 20 de julio de 2009

añoranza

Éste dolor compartido de estar lejos nos hace mas anhelantes, más vulnerables. Y lo más doloroso para mi, es que yo no puedo remediarlo en lo absoluto. Pero tu has venido, me has extrañado, has sentido la misma añoranza que yo.

-Preciosa ¿Te has olvidado de mi?...Espero que no. Quería decirte que te adoro y pienso en ti mucho. Que te extraño y no puedo esperar para estar en tus brazos!!!

Solo unas lineas tontas, que a cualquiera le parecerían poco. Pero sé que son mucho, porque es lo mismo que siento yo.

Me invitaste a tu departamento vacío, y me transporté a esa época en la que hace años me raptabas en las noches, y nos escapábamos a un bar, en el que uníamos nuestras bocas mezcladas con tequila, y me colocabas entre tus piernas mientras tocabas mi cuerpo. Me calentabas, me follabas con los ojos, tus manos anticipaban el placer que vendría después. Me besabas por horas, como si la vida se nos fuera en eso.

Y cuando no podíamos más me llevabas a tu departamento vacío, tu departamento de soltero, y en medio de velas y sobre unas colchonetas, iniciábamos nuestra historia de pasión. Recuerdo la primera vez que metiste tu pene en mi boca, fue ahí sobre esas mantas, formando sombras estremecedoras sobre las paredes, a la luz tenue de las velas. Hemos recorrido tanto camino desde entonces. Hemos cogido tanto, desde hace tanto tiempo, que pareciera que siempre has estado en mi vida de esa manera, apasionada y atemporal.

Esta es la segunda vez que me abandonas, cuando ya me tenías en el plato, lista para ser devorada. Es como si la vida decidiera que no hay tiempo para nosotros más que en este espacio que hemos creado, en el que estamos los dos solos en medio de nuestras circunstancias individuales, separados y unidos a la vez.

Me encanta que me toques como un adolescente, como si con las manos quisieras reconocer cada centímetro de mi cuerpo. Y hay ritos en los que te reconozco, como esa manía que tienes con la cámara. Colocabas ambas manos sobre mis senos, viéndolos mientras los apretabas entre tus manos, como un niño que encuentra un juguete perdido. Me besaste, con besos largos, húmedos, como solo tu sabes darlos, te alejabas de mi, apuntabas con tu cámara a mi cuerpo y me pedías que me diera la vuelta.

Yo daba la vuelta y volvía a quedar frente a ti, hasta que me explicaste que querías que me quedara dándote la espalda. Tomabas fotos de mi trasero, mientras te decía que recordaba la vez que en la carretera, nos bajamos a medio camino cuando eras mi profesor en la universidad, y me pedías exactamente lo mismo mientras tomabas fotos de mis nalgas. Es tierno ver lo poco que has cambiado con los años, y lo mismo que te sigo gustando.

Subimos las escaleras, y sentía tu mirada sobre mi, desde atrás. Subía un escalón y luego el otro, muy lentamente, contoneando las caderas en frente de tu cara. Y uno no puede sentir otra cosa que deseo, un terrible deseo de que acabes por cogerme, ante tanta muestra de adoración carnal de tu parte.

No hay muebles, entonces nos colocamos en el segundo piso de tu departamento. Extendía las colchas sobre el piso, mientras tu te desnudabas y tu pene erecto se asomaba entre la abertura de tus boxers.

Guapo, ya se asoma... y está apuntando hacia mi...

Te arrodillaste frente a mí mientras te bajaba los boxers y te lamía la cabeza del pene. Me encanta ver como brinca, como palpita, como se expande con solo el leve contacto de mi lengua. Late, crece, se impacienta, igual que su dueño. Empiezan a brotar tus jugos, sabrosos, calientes.

-Preciosa, desnúdate...

Te alejas y me observas mientras me quito la ropa. Y me acuestas, y hundes tu cara entre mis muslos. Y ahí empieza el camino que me lleva a un orgasmo, y otro, y aún más, como si quisieras recuperar el tiempo que te has ido, y compensarlo con tu lengua.

A veces me pregunto si a otras mujeres les sucede como a mi. Ese deseo vehemente de ser penetrada, de que me cojas con ganas, de no poder esperar más.

Guapo, métemela ya por favor...

Y leo en tus ojos el placer anticipado que te causa que te lo pida. Te colocas entre mis piernas, y frotas tu polla en mi clítoris. Y metes la cabeza y me contorsiono de placer, mientras siento que la vuelves a sacar y frotas más. Y comienzo a perder la cabeza, hasta que te pido:

Guapo, me vas a volver loca, ya métemela por el amor de dios!!!

Y te hundes, te sumerges lentamente en mi, mientas yo abro la vagina con mis manos, me abro los labios y escalofríos me recorren el torso.

Es desigual el estado en el que me tienes en ese momento. Tu apenas empiezas la escalada en la curva de la excitación, cuando yo ya estoy en la punta. Y esa desigualdad, hace mas evidente mi locura. Yo estoy desquiciada, y tu me observas, te regocijas con el camino que llevas recorrido, mientras te das cuenta de que a ti te falta bastante. Yo gimo, descontroladamente, estoy en ese mundo en el que no existe la razón, y tu gozas el espectáculo, en primera fila.

Y te dedicas a probar, a moverte de diferentes maneras y a observar mis reacciones, como si estuvieras en tu laboratorio haciendo experimentos. Casi siempre descubres un ángulo nuevo que me encanta, que me lleva al éxtasis. Y no deja de sorprenderme la cantidad de tiempo que puedes estar así, metiéndola y sacándola de mil maneras, sin venirte. Después de un largo rato, me dices:

-Preciosa, ya quiero venirme
-¿Como quieres venirte, corazón?
-Puede ser en tu boca o por atrás...
-Pues si me das a escoger, prefiero en mi boca...


Y comienzo a comerte, sin control, sin pausa, sin perder el tiempo, mientras observo como te tengo en mis manos, como extraigo de ti un placer que no puedes controlar y que inevitablemente te esta llevando al orgasmo.

Todo tu cuerpo se contrae, se tensa mientras tu verga palpita en mi boca, y siento tu semen, que brota y por un segundo lo saco de mi boca para que caiga en mi cara.
Con la lengua limpio tu pene, y percibo el sabor salado que este día me tocó.

Pequeños escalofríos te recorren al sentir la leve succión que hace mi boca sobre la cabeza de tu polla.

Y nos abrazamos, sintiendo el calor del ambiente y nuestros cuerpos sudados, mojados de nuestros líquidos, mezclados.

-Preciosa, creo que hicimos tanto ruido que estoy seguro que el vigilante nos escuchó hasta allá abajo...dices mientras me abrazas.

Al desempacar las colchas en mi casa, me dí cuenta que tu cadena con una medalla, venía entre ellas.

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