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domingo, 19 de febrero de 2012

Puedo decirlo finalmente

10 mayo 2011
¿Por qué razón en  particular quieres a alguien? ¿De dónde viene el arbitrario sentimiento ? ¿Cómo lo reduces o lo entiendes?

Cualquiera podría pensar que te quise porque eres especial, por ser buen amante o particularmente  guapo o porque me hiciste sentir tu cariño o tu amor intensamente.

Y sucede que no es así.

El haberte querido no está relacionado con eso, es un ejercicio aleatorio de voluntad, deseo, suerte y casualidad.

No eres especialmente guapo a pesar de que a través de mis ojos eras un dios.

No eres especialmente cariñoso a pesar de que cada comentario tuyo fue agrandado por mi amplio deseo de sentirme querida y deseada.

No eres especialmente amoroso a pesar de que lograbas sacarme un orgasmo tras otro, es mas; no diste algo particular de ti que te haga mejor que muchos.

Sin embargo no es a otro al que quise, no fue al hombre mas guapo, al mas cariñoso, al mejor amante, al mas constante, o al que se entregó a mi.

Te quise por una extraña casualidad de mi voluntad a pesar de que no eres perfecto. Porque pude ver en ti tu particularidad. Y porque de cierto modo pensé que había algo especial entre nosotros.

Porque me gustaba que te diera tanta ilusión que te tomara en los labios.

Porque me agradaba ver mi deseo reflejado en ti

Porque había cierta generosidad que me cautivaba cuando me dabas placer, que yo interpretaba como una especie de amor.

Porque poseías cierta carencia de agresividad, nobleza o mansedumbre que me inquietaba y atraía

Porque me gustaba darte placer, que recibías con mucha gratitud

Porque me gustaba reconocer en ti esa parte femenina, quieta y felina que a veces mostrabas al hablar

Porque falsamente me sentía querida cuando me buscabas aunque se que por abajo de la superficie no nacía de ti.

Porque me hacía sentir especial que viajaras para verme aunque sé que si no hubiera habido un motivo de trabajo, no hubiera sucedido.

Aún recuerdo hace 3 años esa primera vez después de reencontrarnos y los angustiosos siguientes días en los que no recibía ningún comentario de tu parte, recuerdo el haberme sentido utilizada, sola, angustiada, insegura, abandonada justo como me siento ahora y como me sentí incontables veces durante estos 3 años.

Esa extraña suerte. Casualidad, que no tiene sentido ni se bien de donde o por que vino antes de terminarse.

Lo que es mas doloroso es ser testigo del amargo olvido, de haber invertido incontables horas pensando, soñando y queriendo a alguien que con la mayor facilidad del mundo fue capaz de sacarme de su vida sin mirar atrás. Sin una llamada, ninguna aclaración, ni una sola nota de insistencia, como si solo estuvieras esperando ese momento de separación para respirar con alivio.

Ese olvido, esa falta de claridad, no decirme  la realidad, permitir mi humillación, darme falsas esperanzas, jugar con mis sentimientos, es lo que no perdono.

Ese llevarme a través de la angustia, el dolor del olvido, la desesperación del abandono, el desgarro de la separación,  la tristeza de la ausencia sin el menor miramiento, como si se pudieran destruir años solo por un golpe de decisión.

Y puede ser que en el fondo en realidad todo haya sido tan solo una ilusión falsa, un colocar las necesidades y los sueños en alguien que en realidad no me quiso mas allá de las ganas de un rato de sexo para inflar el ego sin tener que compartir la intimidad ni el abrirse o entregarse ante la otra persona.

Es un poco como solo haber sido utilizada para satisfacer una necesidad puntual que cuando tuvo tintes de responsabilidad perdió la mascara.

El camino contigo, terminó. Mis sueños murieron.

 Puedo decirlo finalmente.

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