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lunes, 15 de febrero de 2010

infidelidad durante la preñez

Me encanta y me fascina ese estado de infidelidad voluptuosa en el que se sumergen bastantes hombres cuando su mujer está embarazada. Es encantador verlo una y otra vez, ellos buscando en el pasado, rascando en los recuerdos, tratando de encontrar un resquicio, una ceniza que haga renacer lo que algún día hubo fuera de su casa.

Y no es que esté generalizando, pero no creo que pueda ser casualidad que cuando una buena amiga lloraba en mi virtual hombro porque su marido la había dejado por una zorrita, justo cuando ella acababa de dar a luz, mi guapo empezó a hacerme el amor con sus palabras y su mujer esperaba al tercer bebé.

Casi, por un pelito, no me dejo seducir, y me solidarizo con su embarazada mujer, recordando a los recientes cuernos de mi amiga.

Es cierto, cuando una lleva la criatura adentro, algunos hombres voltean la mirada, y huyen. A mi marido también le pasó, recuerdo una vez en que furiosa le dije amenazante: "Ay de ti si me estás poniendo el cuerno, porque se lo digo a tus hijos..." cuando diariamente se escapaba temprano al gimnasio.

Mi buen amigo C está esperando su cuarta criatura, y aún él cae en el estereotipo. El otro día, cuando en el facebook pedía que mis amigos pusieran bajo mi estado lo que recordaban de cuando me conocieron, C me confesaba a través del messenger lo que nunca se atrevería a decirme a la cara, algo que si feisbuk lo publica lo mandan a dormir a la tina.

No puedo negar que me hizo el día, y que un inquietante sentimiento de notar una revelación ante mis ojos me llenaba el pecho. Casi no podía creer lo que mis ojos leían.

Y me preguntaba en que es diferente C que el guapo. Por que cuando C me busca no me brinca el corazón. Por que al guapo, a pesar de que me abandonó por segunda vez en la vida, no puedo olvidarlo. Por qué cuando llama a mi teléfono de larga distancia como hace 4 días, no puedo dejar de sentir esa opresión en el pecho. Por qué a pesar de que tanto a C como al guapo los conocí en el mismo lugar, a C nunca lo deseé. Por que a pesar de que estuvimos muchísimas más veces  juntos, nunca nos pasó por la mente besarnos  (bueno por lo menos a mi no). Por qué el guapo y yo nos atrevimos a romper todas la leyes, las de la diferencia de edad, las de evitar follarse a una alumna/profesor, las de seguir follándonos a pesar de estar comprometidos con otras personas, las de seguir cogiéndonos a pesar de tener cada quien su familia.

¿Qué es lo que nos atrae hacia una persona y no hacia las demás? ¿Por qué no puede uno dejar de sentirse atraído en un acto de voluntad?

7 comentarios:

Mónica dijo...

Como nunca he estado embarazada creo que no puedo hablar del tema.
Si he estado con un hombre mientras su mujer estaba embarazada, no lo sé, prefiero que así se quede...

Besos

Ananda dijo...

Yo no creo que aumenten mucho las infidelidades durante el embarazo. Más bien que la situación se vuelve distinta, extraña, no sabe uno muy bien lo que le pasa al otro, todo cambia.
Cuando le recrimino a mi pareja lo poco que folla, siempre me saca que durante sus embarazos era yo el que estaba "desaparecido". Si era cierto, hace ya mucho que se me pasó :-)
Muchos besitos guapísima.

Unknown dijo...

no lo se,
pero tampoco se si hay infidelidad en la mujer embarazada o es solo una fantasía de algunas mentes algo perversas, si perversas pero interesante e infrecuente sensación,
besos

susana moo dijo...

La pregunta es complicadilla.
Yo creo que hay mucho de ego y de lo que vemos reflejado de esa persona de nosotros mismos. Y la química, la química también.
Beso

Anónimo dijo...

No lo sabría de cierto, lo que si sé es que embarazadas suelen entrar en una febrilidad deseosa...
... el problema viene después

te mando un abrazo,
Jorge

Ipnauj dijo...

Las atracciones son lazos luminosos, pero invisibles para la mayoría.

Un gran saludo.

Yedra dijo...

Jajaja, pues debo ser una prngadilla... en mis cuatro embarazos no hubo na de ná! (creo, jeje)
Un besote

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