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sábado, 14 de febrero de 2009

Reencuentro

Hace años que no estábamos solos en casa. Después de la boda a la que asistimos ayer, sin niños, recordamos como disfrutamos estar juntos.
Eres un excelente bailarín, y mientras girábamos en la pista, al ritmo del rock and roll, las miradas de todos los invitados no se apartaban de nosotros.

-Que bien se mueven, bailan increíble, nos dijo un comensal cuando regresamos a nuestra mesa.

Como te gozo, cuando nos deslizamos, los cuerpos unidos, en perfecta sincronía, olvidándonos del mundo a nuestro alrededor. Mi rostro apoyado en el tuyo, bañados en sudor, después del baile agitado, ahora moviéndonos al ritmo del danzón. Los corazones unidos, los sexos pegados, separados por la ropa, pero sintiéndolos vivos, palpitando.

Hace mucho tiempo no nos divertíamos tanto. En las fiestas de boda se respira un ambiente voluptuoso, sensual, cargado de erotismo, los vestidos entallados, los escotes bajísimos, los cuerpos perfumados moviéndose, el aire cargado de alcohol, el deseo creciendo.

Tus manos subiendo y bajando por mi espalda, tocando mi cintura, sintiendo mi cuerpo, bajo el ajustado vestido negro, que resaltaba mis curvas.

Llegamos a nuestro hogar, en donde solo nos esperaba la perrita.

Nos metimos en nuestra cama, abrazándonos, a muy tempranas horas de la madrugada. El sueño nos venció, sumidos en la calidez de nuestros cuerpos.

Un beso en la boca me despertó. Lentamente, tu lengua recorría mis labios, tus labios acariciaban los mios, los tomaban, los jalaban. El deseo se acrecentaba, cuando abriendo la boca, tu lengua iba por la mia. Comenzaste a desnudarme, como te gusta hacerme el amor, gozando mi cuerpo, deslizando las manos sobre mis senos, sutilmente acariciando mis pezones. Tus caricias eran como un sueño antiguo, pero familiar. Suave, conocido. Tus manos me recorrían completamente, pausadamente, con calma, arrebatándome suspiros, tantas veces sentidos. Tus manos se detuvieron en mi sexo, que se abría y cerraba con voluntad propia. Lentamente me penetraste con tus dedos, mientras entraban y salían, haciéndome enloquecer. Con el pulgar frotabas mi clítoris, y sentía tu agitada respiración sobre mi rostro, mientras tus manos hacían el trabajo que tan bien saben hacer, que han hecho tantas veces antes de esta.

Mi respiración se hacía más rápida, más profunda. Con los ojos cerrados, me concentraba en mis sensaciones, mientras tu boca no daba respiro a la mía. Repentinamente un profundo gemido, saliendo de mi boca, separó nuestros labios, mientras sentía el orgasmo, alrededor de tus dedos.

-No te puedes venir adentro de mi, estoy muy fértil...

Tu pene entre mis manos, era un báculo rígido, curvado hacia arriba. Movías la cadera rápidamente, mientras jadeabas, completamente desquiciado de placer. Tu semen empezó a fluir a borbotones, mientras gemías. Siempre me sorprende ver la gran cantidad que emites.

Abrazados, saciados, nos volvimos a besar.

-Te amo, te amo, te he extrañado tanto... -te dije

Con los ojos cerrados, tus manos recorrían mi espalda. Como disfruté poder decir te amo, espontáneamente, verdaderamente, con el corazón, después de hacer el amor, con mi esposo, con el hombre de toda mi vida

4 comentarios:

Lydia dijo...

Que manera de lucir cada detalle, sintiendo en el "Te amo" mucho más que un polvo deseado...
Me gustaron los bailarines amantes...

Ananda dijo...

yo también me he reencontrado.
muak.

AriaDna dijo...

ese te amo tiene un sabor muy especial

un besote, gracias por pasar bella

Zorra Bella dijo...

Lydia, gracias por tus palabras, efectivamente fue muy intenso

Nokenicus: entraré en tu blog, saludos.

TCH: hermoso, no sabes el gusto que me ha dado tu comentario, estuvo a la altura de tus necesidades? besitos

Ariadna: Si, es el amor que sale del alma, de lo más profundo del ser. Gracias a ti!

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