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sábado, 7 de febrero de 2009

Escapándonos

Decidiste que como parte del curso, era necesario hacer una visita a una ciudad cercana, con tus alumnos, donde había una planta de fabricación de automóviles.

Ese día, yo no llevaba coche a la universidad. Que mejor lugar para viajar, que pedirte me llevaras en tu auto contigo. Otra alumna más tuvo la misma idea que yo. Yo iba en el asiento del copiloto, y la otra compañera en la parte trasera. Nos ibas contando durante el camino, la película Belle Epoque. Yo iba embrujada, escuchándote.

Llegamos a la planta, y comenzamos a recorrerla. Recibíamos la explicación de como se armaba un auto. Como adolescente, te acercabas a mi, y me comentabas cosas, esperando a que los demás alumnos se adelantaran. En cuanto veías la oportunidad, me abrazabas y besabas, tratando de ocultarte de mis compañeros. Yo todavía no podía creer ser el centro de tu atención, pero me dejaba hacer, era un juego magnífico. Me calentabas, me tocabas, buscabas la oportunidad, al aire libre, de poner tus manos sobre mi cuerpo, cuando los demás desaparecían del alcance de la vista.
Todavía hoy me sorprendo de los riesgos que corríamos. Era un juego peligroso, pero increíblemente excitante.

Cuando la visita concluyó, los dos, individualmente, estábamos seguros de que no queríamos regresar en el auto con la otra alumna. No puedo recordar que fue lo que le dijiste para que se fuera con alguien mas.

Finalmente nos encontramos, de regreso a la ciudad, tu y yo, solos en tu coche. Estabas eufórico, me platicabas alegremente, no podías quitar la vista de mi. Repentinamente, detuviste el auto, en un parador en la autopista, y nos bajamos. Era un lugar boscoso y frío.

Tomaste tu cámara, y comenzaste a fotografiarme. Al parecer estabas encantado con mi trasero, me pedías que me pusiera de perfil, me tomabas desde atrás, repetías la toma una y otra vez. Te acercabas, me besabas, me tocabas, recorrías con tus manos mi cuerpo, amasando mis nalgas, tocando mis senos, y yo me moría de deseo. No entendía bien como era posible que tu hicieras todas esas cosas y que yo lo permitiera. Era una fuerza sutil pero poderosa, que nos atraía mutuamente. Yo no te tocaba a ti, pero no tenía la voluntad ni las ganas de tratar de evitar que tu me magrearas descaradamente. Hundías tu lengua en mi boca, y recuerdo que por primera vez, noté que no cierras los ojos cuando me besas. Cuando nos reencontramos, varios años después, una de las cosas que más regocijo me causó, fue darme cuenta de que lo sigues haciendo.
Respirabas ruidosamente sobre mi rostro, mirándome con esa expresión de deseo, la misma que aún observo en ti, y que me hechiza, sin dar una explicación, sin hablar, sin que mediara palabra.
Regresamos al auto, y yo no quería romper el encanto. No te preguntaba que pretendías o a donde nos dirigíamos. Sabía que lo que fuera que estuviera sucediendo, no tenía futuro, porque en unos meses, muy pronto, te irías a otro país a estudiar la maestría. Me limitaba a gozar esa experiencia brutalmente erótica. Un par de veces mas, detuviste el auto en la carretera, y te avalanzaste sobre mi, besándome y tocándome. Mirándome con esos enormes ojos tuyos, enmarcados con unas rizadas y negras pestañas, que me derriten por completo.

Dicen que nunca hay que confiar en una persona que no cierra los ojos al besar. Muchas veces, con dolor, me doy cuenta de la verdad de esas palabras.

5 comentarios:

Lydia dijo...

Un beso puede darse de muchas maneras, pero algunas son especiales, notas algo que te invade por dentro... No creo que sea por tener los ojos cerrados, aunque yo si los tengo y no puedo saber si los tiene él... creo que depende de la energía con que se da...

Carolina_USMLE dijo...

Nunca pense en eso...besar con los ojos abiertos...mmm...no se decir si he besado a alguien asi, porq siempre cierro los mios...
De todas formas, me encanta leer tus historias. A mi me encanta recordar las mias; me rio un poco, se me arruga el corazon y de pronto me da un poco de nostalgia, pero q bueno es!!!

Zorra Bella dijo...

Lydia. Coincido contigo que no hay manera de saber si el otro abre o cierra los ojos, si no los abres tu... y definitivamente, la energía con que se da es fundamental.

Crazygirl: te invito a que la proxima vez que estés besando, abras por un segundo tus ojos y veas si el otro los tiene abiertos o cerrados. Es un poco desconcertante encontrarse las miradas en ese momento...

Xoxxex. dijo...

Es desconcertante, y a mi gusto hermoso, besar con ojos abiertos.
Aunque tampoco los dejo abiertos todo el tiempo, reconozco que disfruto de hacerlo...
En cuanto a lo de la confianza, que se yo... será que no soy de confiar! ;-)
besos.

Atalaje dijo...

A mi me encanta la sensación de estar besando a un chico y mirandonos fijamente a los ojos, la mirada del deseo, de "te voy a comer viva". No es lo habitual pero es super excitante!
Mua!!

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